Las fiestas decembrinas culminaron y seguramente uno o todos los integrantes de la familia se excedieron con los platillos propios de la temporada, pero probablemente alguno estaba a dieta y pudo romperla.
De acuerdo con la jefa del Departamento de Nutrición del Hospital San José, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Diana Cuoto Roldán, más que los platillos de fin de año existe un top ten de puntos por los que un régimen alimenticio fracasa, provocando que un paciente deje de perder peso, y en el peor de los casos, que recupere los kilos que tenía de más. Seguir consejos de personas que no son expertas o anunciar a los cuatro vientos que una persona va a seguir un régimen alimenticio son tan solo algunos de los puntos que llevan al fracaso al momento de seguir una dieta, explicó la especialista.
Expuso que cometer uno o varios de estos errores son fundamentales para romper la dieta y que provocarán daños a la salud, toda vez que a pesar de que una persona haya seguido un plan alimenticio durante unos seis meses, es posible que en menos de un mes puede mostrar efectos.
Por lo anterior, la especialista reiteró que lo más importante es que una persona que sigue un régimen alimenticio lo haga conforme a sus necesidades, con la ayuda de un especialista que además ayude al paciente a cumplir con sus propósitos.
Recomendaciones
Comer conscientemente: en ocasiones uno no se da cuenta de cuánto come, ya sea en exceso de cantidad de densidad calórica de los alimentos.
-Cocinar más a menudo en casa: da lugar a un control más estrecho de lo que se come, además de poder cubrir cualquier necesidad especial que se tenga, ya sea por gustos, intolerancias o alergias.
-Evitar la carne una vez a la semana: diversos estudios aseguran que las dietas basadas en vegetales y frutas se relacionan con un menor riesgo de obesidad, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y cáncer.
-Consumir más frutas y vegetales: las frutas y verduras deberían ser el eje principal de cualquier alimentación saludable; son bajas en calorías, ricas en fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, y se han relacionado con un menor riesgo de múltiples enfermedades, sobre todo cardiovasculares.
-Agua como bebida principal: conservar una hidratación adecuada para evitar la fatiga y mantener a raya el hambre; también se considera un “ahorro de calorías”, pues si se reemplaza una lata de refresco cualquiera por uno o dos vasos de agua se evita el consumo de una media de 150 calorías por lata, el equivalente a más de mil calorías semanales de media.