Jamás se había visto algo así en Irapuato. Se trató de una auténtica matanza la que se perpetró en un centro de rehabilitación, en éste que fue un nuevo ataque en contra de este tipo de lugares en el municipio y dejó como saldo 26 personas muertas y cinco personas más lesionadas; de acuerdo con el Secretario de Seguridad Ciudadana, Pedro Cortés Zavala, los agresores seleccionaron a sus víctimas, los acostaron en el suelo y les dispararon a quemarropa.
El hecho ocurrió la tarde del miércoles, cuando a las 17:24 horas fue reportado al Sistema de Emergencias 911 que un centro de rehabilitación, conocido como anexo, de la comunidad de Arandas había sido atacado.
Al lugar acudieron elementos de la Guardia Nacional, de la Policía Municipal, policías ministeriales y de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, pues se hablaba de varios muertos.
Cuando los elementos policíacos y los paramédicos ingresaron al lugar, la escena fue dantesca: cuerpos ensangrentados y sin vida sobre el piso, colocados uno a un costado del otro.
De acuerdo con el secretario de Seguridad Ciudadana de Irapuato, Pedro Cortés Zavala, sólo se sabe que un vehículo color rojo llegó hasta el lugar, de él bajaron varios hombres armados con “cuernos de chivo” y empezaron a seleccionar a sus víctimas, luego los acostaron boca abajo y uno a uno los empezaron a acribillar; según los primeros reportes, los disparos los tenían en cabeza, cuello y tórax; además, todas las personas que quedaron fallecidas en el lugar eran varones.
Cuando los paramédicos llegaron, encontraron todavía con vida a siete personas. Vecinos indicaron que hubo otros más que alcanzaron a correr, pues aparentemente aprovecharon un descuido o bien, fueron de las personas que no seleccionaron para asesinarlas. Más tarde, fue reportado el deceso de cuatro personas más mientras recibían atención médica y otras tres permanecían aún vivas.
“Te traje a que te compusieras, no a que murieras”
Marina fue una de las casi 20 madres de familia que llegaron hasta el anexo, donde acaban de asesinar a 24 personas. No sabía si su hijo Rodrigo estaba entre ellos y por ello pedía a los elementos de la Guardia Nacional que dejaran pasar al lugar, pero todo fue en vano.
“Te traje aquí para que te compusieras, no para que te murieras”, gritaba Marina, quien sin saber si su hijo era uno de los 24 muertos o de los siete heridos, se culpaba por haberlo internado en ese anexo.
Marina no pudo pasar. Su esposo, Santos, tuvo que llegar por ella y abrazarla; él ya sabía, Rodrigo sí estaba entre los 24 fallecidos.
Un ataque más
Con el ataque del miércoles en el anexo ubicado en la calle Lerdo, de la comunidad de Arandas, en Irapuato se han perpetrado seis ataques contra centros de rehabilitación de diciembre a julio.
El primero de ellos ocurrió el cuatro de diciembre en el anexo “El Señor es mi salvador”, donde hombres armados ingresaron al lugar ubicado en la colonia San Juan de Retana y levantaron a 25 personas.
El segundo ataque contra un anexo ocurrió el ocho de febrero, cuando en la colonia Progresiva del Jaral, fueron secuestradas cinco personas, cuatro de las cuales fueron dejadas vivas horas después. No obstante, el lugar fue quemado, así como otras viviendas aledañas.
La tarde del 26 de marzo, un hombre fue herido en el interior del “Sin Esperanza de Adicción”, ubicado en la colonia Pronasol, mientras que el seis de junio, en la colonia 24 de abril, 10 personas fueron asesinadas en el anexo “Empezando una nueva vida” y ahora éste, en la comunidad de Arandas, que dejó 28 personas muertas.
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