DAVOS. Un año después de haber sido reconocido por medio centenar de países como presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó pidió a los líderes mundiales reunidos en el foro de Davos apoyo internacional contra la “dictadura” de Nicolás Maduro y descartó negociar de nuevo con el presidente socialista.
“Nunca vamos a cerrar la puerta a una solución, mas no vamos a prestarnos para más burlas y que ellos traten de burlarse de todos”, dijo Guaidó a la prensa en el foro suizo, donde vino a buscar respaldos en su ofensiva contra el gobierno de Caracas.
El opositor reiteró que quiere “presionar” internacionalmente al gobierno de Caracas y en un discurso ayer por la mañana pidió ayuda a los líderes políticos y económicos de Davos porque “solos no podemos”.
Para ello mantuvo durante la jornada breves encuentros o reuniones con la canciller alemana Angela Merkel, el primer ministro de Holanda Mark Rutte o el secretario de comercio estadounidense Wilbur Ross.
Violando una prohibición para salir de su país, Guaidó viajó esta semana a Colombia y desde allí arrancó una gira europea que, tras pasar por Londres y Bruselas le llevará a España, donde confirmó que estará el sábado.
En su discurso, Guaidó dibujó un panorama sombrío para Venezuela, que enfrenta según él “una tragedia sin precedentes”. “Venezuela no es un país en guerra. No oímos las bombas, pero sentimos el llanto, el dolor de las madres”, aseguró, y denunció un territorio en manos de un “conglomerado criminal” donde actúan grupos del Ejército de Liberación Nacional de Colombia y de Hezbolá.
Guaidó cree que “la dictadura está utilizando a Europa para esquivar algunas de las sanciones, especialmente con el tema del oro”, si bien no explicó cuál es el mecanismo.
Según él, en Venezuela está entrando mucho dinero en efectivo, “euros principalmente”, para “alimentar ese para-Estado. Por eso entregan minas de oro a los generales, a los gobernadores, para hacerlos cómplices”.
“No vamos a descansar hasta lograr nuestra segunda independencia”, afirmó.