/ lunes 7 de junio de 2021

Pedro Castillo sería el nuevo presidente de Perú tras aventajar a Keiko Fujimori

El último corte de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) señaló que Castillo tiene un 50.08% de los votos, mientras Fujimori alcanza 49.92%; se ha procesado 94.06% de las actas

El candidato socialista Pedro Castillo superó el lunes a la derechista Keiko Fujimori por primera vez en el conteo oficial de la segunda ronda electoral presidencial de Perú, en una de las contiendas más polarizada en décadas en el país.

Con el 94,06% de actas procesadas, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) dijo que Castillo tiene un 50.08% de los votos; mientras Fujimori un 49.92%.

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En una de las contiendas electorales más reñidas que se recuerdan entre dos opciones opuestas del panorama político, la normalidad fue la tónica habitual y los incidentes, según reportes de prensa e informes de organizaciones internacionales como la Asociación Civil Transparencia, fueron menores y localizados.

Los únicos incidentes reseñables de la jornada electoral fueron un acto de acoso e insultos en contra de la candidata a vicepresidenta de Castillo, Dina Boluarte, y varios casos aislados y confusos de manipulación de las cédulas de votación.

En un principio, los sondeos a boca de urna daban a Fujimori la ventaja en su tercer intento por conseguir la Presidencia de Perú, después de perder la segunda vuelta en las elecciones de 2011 y 2016, sólo por 40 mil votos en esta última.

Hasta la noche de este domingo Fujimori mantenía una apretada ventaja sobre Castillo, sin embargo la voltereta se da, aparentemente, tras el computo del voto emitido en las zonas rurales de Perú, donde la población se inclina por el candidato de izquierda.

La campaña de Fujimori se enfocó en dibujar estos comicios como una elección entre “libertad o comunismo”, en una especie de plebiscito del modelo económico neoliberal implantado por su padre hace 30 años.

Keiko Fujimori representa el continuismo de una economía abierta y promotora de la iniciativa privada que ha permitido crecer al país notablemente en los últimos años.

La candidata de derecha Keiko Fujimori fue vitoreada por sus seguidores antes de ir a votar en Lima / Foto: AFP

Al otro lado, el socialista Pedro Castillo apuesta por un reformismo profundo con una nueva Constitución que permita la nacionalización de recursos naturales, al entender que la prosperidad de las últimas décadas ha beneficiado en mayor medida a las clases sociales más acomodadas y no ha resuelto las brechas sociales ni la desigualdad.

El ganador recibirá un país en una grave crisis económica y sanitaria, pues en el 2020 sufrió una recesión del 11.6 por ciento de su producto interior bruto (PIB) y el Covid-19 se llevó la vida de más de 180 mil peruanos, que lo convierten en el país con la tasa de mortalidad más alta del mundo por la pandemia.

“No quiero un país como Venezuela o Cuba. Mi voto no es porque quiero a Keiko, sino por la democracia. Ella dejará el poder en cinco años, con Castillo no sabemos cuándo”, dijo Lupe Rivera, una empleada de un banco tras votar en Lima.

En Tacabamba, muchos votan por Castillo, a quien identifican con los pueblos marginados. “Es un buen maestro y es de Tacabamba. Si estuviera por otra parte, sabría que sí importamos”, dijo Antonio Bocanegra, comerciante que usa el mismo sombrero de ala ancha que Castillo.

Los encuestadores dicen que los votantes indecisos y los peruanos que viven en el exterior podrían definir la elección. Los peruanos de el exterior constituyen casi 4 por ciento de los 25 millones del padrón electoral. Sólo 0.8 por ciento votó en la primera ronda de abril, cuando los bloqueos de Covid-19 eran algo común.

Gane quien gane, Perú seguirá manteniendo un perfil conservador con el rechazo de ambos candidatos a legislar sobre aborto, matrimonio homosexual e identidad de género.



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El candidato socialista Pedro Castillo superó el lunes a la derechista Keiko Fujimori por primera vez en el conteo oficial de la segunda ronda electoral presidencial de Perú, en una de las contiendas más polarizada en décadas en el país.

Con el 94,06% de actas procesadas, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) dijo que Castillo tiene un 50.08% de los votos; mientras Fujimori un 49.92%.

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En una de las contiendas electorales más reñidas que se recuerdan entre dos opciones opuestas del panorama político, la normalidad fue la tónica habitual y los incidentes, según reportes de prensa e informes de organizaciones internacionales como la Asociación Civil Transparencia, fueron menores y localizados.

Los únicos incidentes reseñables de la jornada electoral fueron un acto de acoso e insultos en contra de la candidata a vicepresidenta de Castillo, Dina Boluarte, y varios casos aislados y confusos de manipulación de las cédulas de votación.

En un principio, los sondeos a boca de urna daban a Fujimori la ventaja en su tercer intento por conseguir la Presidencia de Perú, después de perder la segunda vuelta en las elecciones de 2011 y 2016, sólo por 40 mil votos en esta última.

Hasta la noche de este domingo Fujimori mantenía una apretada ventaja sobre Castillo, sin embargo la voltereta se da, aparentemente, tras el computo del voto emitido en las zonas rurales de Perú, donde la población se inclina por el candidato de izquierda.

La campaña de Fujimori se enfocó en dibujar estos comicios como una elección entre “libertad o comunismo”, en una especie de plebiscito del modelo económico neoliberal implantado por su padre hace 30 años.

Keiko Fujimori representa el continuismo de una economía abierta y promotora de la iniciativa privada que ha permitido crecer al país notablemente en los últimos años.

La candidata de derecha Keiko Fujimori fue vitoreada por sus seguidores antes de ir a votar en Lima / Foto: AFP

Al otro lado, el socialista Pedro Castillo apuesta por un reformismo profundo con una nueva Constitución que permita la nacionalización de recursos naturales, al entender que la prosperidad de las últimas décadas ha beneficiado en mayor medida a las clases sociales más acomodadas y no ha resuelto las brechas sociales ni la desigualdad.

El ganador recibirá un país en una grave crisis económica y sanitaria, pues en el 2020 sufrió una recesión del 11.6 por ciento de su producto interior bruto (PIB) y el Covid-19 se llevó la vida de más de 180 mil peruanos, que lo convierten en el país con la tasa de mortalidad más alta del mundo por la pandemia.

“No quiero un país como Venezuela o Cuba. Mi voto no es porque quiero a Keiko, sino por la democracia. Ella dejará el poder en cinco años, con Castillo no sabemos cuándo”, dijo Lupe Rivera, una empleada de un banco tras votar en Lima.

En Tacabamba, muchos votan por Castillo, a quien identifican con los pueblos marginados. “Es un buen maestro y es de Tacabamba. Si estuviera por otra parte, sabría que sí importamos”, dijo Antonio Bocanegra, comerciante que usa el mismo sombrero de ala ancha que Castillo.

Los encuestadores dicen que los votantes indecisos y los peruanos que viven en el exterior podrían definir la elección. Los peruanos de el exterior constituyen casi 4 por ciento de los 25 millones del padrón electoral. Sólo 0.8 por ciento votó en la primera ronda de abril, cuando los bloqueos de Covid-19 eran algo común.

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