/ lunes 10 de enero de 2022

Ortega asume cuarto mandato en Nicaragua sancionado

En los últimos tres años Estados Unidos y la UE lanzaron nuevas sanciones contra familiares, allegados, funcionarios y algunas entidades de Nicaragua

MANAGUA. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, juró su quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta, e n medio de nuevas sanciones internacionales pero apoyado por China y Rusia.

Con un “sí, lo juro” respetar la Constitución y las leyes, Ortega recibió la banda presidencial del titular del parlamento Gustavo Porras, en una sesión solemne en la Plaza de la Revolución, en Managua, con presencia de los presidentes aliados de Venezuela, Nicolás Maduro; de Cuba, Miguel Díaz Canel, y el mandatario saliente de Honduras, Juan Orlando Hernández, además de otros representantes internacionales, entre ellos de China, Irán y Rusia.

En cuanto a México, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador cambió de última hora su postura y anunció que enviaría un representante, luego de que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) había anunciado el domingo que declinaría la invitación.

Al ser ser cuestionado ayer, el presidente improvisó y dijo en su conferencia de prensa matutina que no sabía de la declinación de México.

“¿Cuándo es la toma de posesión? ¿Hoy? No sabía. Vamos a ver si da tiempo de que llegue, porque nosotros tenemos buenas relaciones con todos, y no queremos ser imprudentes”, dijo el mandatario, al afirmar que Ramiro Ayala, jefe de la cancillería en la embajada de México en Nicaragua, representaría al país.

La SRE había anunciado el domingo que Martín Borrego, director de América del Sur, acudiría a investidura presidencial, pero a escasas horas de la ceremonia anunció la cancelación de la participación de México, luego de que el director regional de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, censuró la decisión.

Ortega, que se encuentra en el poder desde enero de 2007, juró para estar en el cargo hasta 2027.

En la ceremonia, el presidente Hernández recibió abucheos y gritos de “¡Fuera JOH”, al ser presentado al público.

Durante parte de su discurso, Ortega reconoció el “coraje” del hondureño de acudir a su acto de toma de posesión.

“Se quiere coraje para estar presente aquí en Nicaragua”, señaló Ortega, que también cargó contra Estados Unidos y la Unión Europea (UE), que horas antes habían aprobado nuevas sanciones contra allegados al mandatario e instituciones nicaragüenses.

El Departamento del Tesoro estadounidense dijo en un comunicado que sancionó a varios funcionarios nicaragüenses, entre ellos el ministro de Defensa, por acusaciones de actos de violencia del Estado, desinformación y ataques a medios independientes.

La acción apuntó también a personal del Ejército, el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos y la estatal Empresa Nicaragüense de Minas.

La Unión Europea, por su parte, incluyó ayer en su lista negra a siete personas más y tres entidades en la nación centroamericana, lo que elevó el número de personas sancionadas por el bloque comunitario a 21.

La UE detalló que se impusieron nuevas prohibiciones de viaje y congelamiento de activos a familiares de Ortega, incluida Murillo, así como a la policía, el Consejo Supremo Electoral y la empresa que supervisa los servicios postales y de telecomunicaciones.

El exguerrillero sandinista, de 76 años, que gobierna sin contrapesos en Nicaragua desde 2012, cumple 15 años seguidos en el poder tras haber coordinado una Junta de Gobierno de 1979 a 1985 y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990.

El líder sandinista podrá permanecer en el cargo hasta enero de 2027 y cumplir 20 años seguidos en el poder, un caso inédito en la reciente historia de Nicaragua y en la América Latina actual.

Se impuso en noviembre pasado en unas elecciones en las que no participaron sus principales rivales políticos porque, en los meses anteriores, las autoridades disolvieron tres partidos políticos y arrestaron a más de 40 dirigentes opositores, entre ellos siete aspirantes presidenciales, incluida la independiente Cristiana Chamorro, la favorita, según las encuestas.

En reacción, la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución en la que aseguraba que esos comicios carecieron de “legitimidad democrática” y no fueron ni libres, ni justos, ni transparentes.

En tanto, Estados Unidos calificó de la elección de “pantomima”, y la UE de “fake”.

El gobierno sandinista acusó de “injerencia” al organismo hemisférico y denunció la Carta de la OEA, su documento fundacional firmado en 1948, un proceso que llevará dos años para que se haga efectivo su retiro del ente.



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MANAGUA. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, juró su quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta, e n medio de nuevas sanciones internacionales pero apoyado por China y Rusia.

Con un “sí, lo juro” respetar la Constitución y las leyes, Ortega recibió la banda presidencial del titular del parlamento Gustavo Porras, en una sesión solemne en la Plaza de la Revolución, en Managua, con presencia de los presidentes aliados de Venezuela, Nicolás Maduro; de Cuba, Miguel Díaz Canel, y el mandatario saliente de Honduras, Juan Orlando Hernández, además de otros representantes internacionales, entre ellos de China, Irán y Rusia.

En cuanto a México, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador cambió de última hora su postura y anunció que enviaría un representante, luego de que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) había anunciado el domingo que declinaría la invitación.

Al ser ser cuestionado ayer, el presidente improvisó y dijo en su conferencia de prensa matutina que no sabía de la declinación de México.

“¿Cuándo es la toma de posesión? ¿Hoy? No sabía. Vamos a ver si da tiempo de que llegue, porque nosotros tenemos buenas relaciones con todos, y no queremos ser imprudentes”, dijo el mandatario, al afirmar que Ramiro Ayala, jefe de la cancillería en la embajada de México en Nicaragua, representaría al país.

La SRE había anunciado el domingo que Martín Borrego, director de América del Sur, acudiría a investidura presidencial, pero a escasas horas de la ceremonia anunció la cancelación de la participación de México, luego de que el director regional de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, censuró la decisión.

Ortega, que se encuentra en el poder desde enero de 2007, juró para estar en el cargo hasta 2027.

En la ceremonia, el presidente Hernández recibió abucheos y gritos de “¡Fuera JOH”, al ser presentado al público.

Durante parte de su discurso, Ortega reconoció el “coraje” del hondureño de acudir a su acto de toma de posesión.

“Se quiere coraje para estar presente aquí en Nicaragua”, señaló Ortega, que también cargó contra Estados Unidos y la Unión Europea (UE), que horas antes habían aprobado nuevas sanciones contra allegados al mandatario e instituciones nicaragüenses.

El Departamento del Tesoro estadounidense dijo en un comunicado que sancionó a varios funcionarios nicaragüenses, entre ellos el ministro de Defensa, por acusaciones de actos de violencia del Estado, desinformación y ataques a medios independientes.

La acción apuntó también a personal del Ejército, el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos y la estatal Empresa Nicaragüense de Minas.

La Unión Europea, por su parte, incluyó ayer en su lista negra a siete personas más y tres entidades en la nación centroamericana, lo que elevó el número de personas sancionadas por el bloque comunitario a 21.

La UE detalló que se impusieron nuevas prohibiciones de viaje y congelamiento de activos a familiares de Ortega, incluida Murillo, así como a la policía, el Consejo Supremo Electoral y la empresa que supervisa los servicios postales y de telecomunicaciones.

El exguerrillero sandinista, de 76 años, que gobierna sin contrapesos en Nicaragua desde 2012, cumple 15 años seguidos en el poder tras haber coordinado una Junta de Gobierno de 1979 a 1985 y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990.

El líder sandinista podrá permanecer en el cargo hasta enero de 2027 y cumplir 20 años seguidos en el poder, un caso inédito en la reciente historia de Nicaragua y en la América Latina actual.

Se impuso en noviembre pasado en unas elecciones en las que no participaron sus principales rivales políticos porque, en los meses anteriores, las autoridades disolvieron tres partidos políticos y arrestaron a más de 40 dirigentes opositores, entre ellos siete aspirantes presidenciales, incluida la independiente Cristiana Chamorro, la favorita, según las encuestas.

En reacción, la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución en la que aseguraba que esos comicios carecieron de “legitimidad democrática” y no fueron ni libres, ni justos, ni transparentes.

En tanto, Estados Unidos calificó de la elección de “pantomima”, y la UE de “fake”.

El gobierno sandinista acusó de “injerencia” al organismo hemisférico y denunció la Carta de la OEA, su documento fundacional firmado en 1948, un proceso que llevará dos años para que se haga efectivo su retiro del ente.



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