/ miércoles 15 de enero de 2020

Europeos mantendrán el pacto nuclear iraní

Alemania, Reino Unido y Francia no ejercerán presión, obligarán a Teherán a alinearse al acuerdo

PARÍS. Los países europeos optaron por una estrategia diplomática compleja para obligar a Irán a respetar sus compromisos nucleares sin activar nuevas sanciones, que terminarían con el acuerdo de Viena de 2015.

Francia, Reino Unido y Alemania, firmantes del acuerdo sobre el programa nuclear iraní, activaron el mecanismo de resolución de disputas previsto en el pacto en caso de violación de los compromisos, rechazando de esta manera la solicitud de su aliado Estados Unidos de abandonar dicho pacto.


“No nos queda otra opción, dadas las medidas adoptadas por Irán”, anunciaron los jefes de la diplomacia de los tres países, Jean-Yves Le Drian, Dominic Raab y Heiko Maas, en un comunicado conjunto.

El 5 de enero, Irán anunció la “quinta y última fase” de reducción de sus compromisos nucleares como reacción a la salida unilateral en 2018 de Estados Unidos del acuerdo firmado en 2015, que dio paso a sanciones de Washington contra la República islámica.

“Al hacer esto, nuestros tres países no se suman a la campaña que tiende a ejercer una presión máxima contra Irán”, agregaron, dejando entender que no querían unirse a la política de sanciones de Estados Unidos.

La activación de este mecanismo de resolución de disputas implica limitar a 35 días para que la parte denunciada cumpla el acuerdo, en caso contrario será notificado al Consejo de Seguridad de la ONU, quién votaría en reimplementar las sanciones internacionales autorizadas por Naciones Unidas.

Los países europeos no quieren sin embargo “precipitar” esta hipótesis, sino presionar a Irán para salvar el acuerdo. Más tarde, Estados Unidos dijo que “apoya plenamente” el mecanismo iniciado por los tres países europeos.

“Apoyamos plenamente la decisión del E3 por iniciar el mecanismo de disputa de resolución”, dijo en un comunicado un vocero del Departamento de Estado. “Creemos que una mayor presión económica y diplomática está justificada”.

ACEPTAR LAS CONSECUENCIAS

Irán advirtió sin embargo a Francia, Reino Unido y Alemania de las “consecuencias” de esta iniciativa.

“Por supuesto, si los europeos (...) buscan abusar (de este procedimiento), tienen también que estar preparados a aceptar las consecuencias, que ya les han sido notificadas”, declaró el ministerio de Relaciones Exteriores iraní en un comunicado poco después del anuncio de la medida.

Por su parte Rusia denunció estas “acciones irreflexivas” de los europeos, que podrían conducir a “nueva escalada” en torno al acuerdo.

Con esta iniciativa, los tres países europeos llevan la contraria a Donald Trump, quien los instó a abandonar el pacto y decretar nuevas sanciones el 8 de enero. París, Londres y Berlín confían que la diplomacia y las negociaciones con Irán se retomen. Se trata no obstante de una apuesta arriesgada, que podría verse empañada con las nuevas manifestaciones contra el régimen de Teherán.

“Lo que quieren poner encima de la mesa a cambio de la marcha atrás iraní no está claro. Esto podría seguir haciendo mella en el marco del JCPOA”, advirtió Ellie Geranmayeh, experta en el European Council on Foreign Relations, en un tuit.

El primer ministro británico, Boris Johnson, no tardó en manifestarse y decir que estaba dispuesto a reemplazar el acuerdo de 2015.

PARÍS. Los países europeos optaron por una estrategia diplomática compleja para obligar a Irán a respetar sus compromisos nucleares sin activar nuevas sanciones, que terminarían con el acuerdo de Viena de 2015.

Francia, Reino Unido y Alemania, firmantes del acuerdo sobre el programa nuclear iraní, activaron el mecanismo de resolución de disputas previsto en el pacto en caso de violación de los compromisos, rechazando de esta manera la solicitud de su aliado Estados Unidos de abandonar dicho pacto.


“No nos queda otra opción, dadas las medidas adoptadas por Irán”, anunciaron los jefes de la diplomacia de los tres países, Jean-Yves Le Drian, Dominic Raab y Heiko Maas, en un comunicado conjunto.

El 5 de enero, Irán anunció la “quinta y última fase” de reducción de sus compromisos nucleares como reacción a la salida unilateral en 2018 de Estados Unidos del acuerdo firmado en 2015, que dio paso a sanciones de Washington contra la República islámica.

“Al hacer esto, nuestros tres países no se suman a la campaña que tiende a ejercer una presión máxima contra Irán”, agregaron, dejando entender que no querían unirse a la política de sanciones de Estados Unidos.

La activación de este mecanismo de resolución de disputas implica limitar a 35 días para que la parte denunciada cumpla el acuerdo, en caso contrario será notificado al Consejo de Seguridad de la ONU, quién votaría en reimplementar las sanciones internacionales autorizadas por Naciones Unidas.

Los países europeos no quieren sin embargo “precipitar” esta hipótesis, sino presionar a Irán para salvar el acuerdo. Más tarde, Estados Unidos dijo que “apoya plenamente” el mecanismo iniciado por los tres países europeos.

“Apoyamos plenamente la decisión del E3 por iniciar el mecanismo de disputa de resolución”, dijo en un comunicado un vocero del Departamento de Estado. “Creemos que una mayor presión económica y diplomática está justificada”.

ACEPTAR LAS CONSECUENCIAS

Irán advirtió sin embargo a Francia, Reino Unido y Alemania de las “consecuencias” de esta iniciativa.

“Por supuesto, si los europeos (...) buscan abusar (de este procedimiento), tienen también que estar preparados a aceptar las consecuencias, que ya les han sido notificadas”, declaró el ministerio de Relaciones Exteriores iraní en un comunicado poco después del anuncio de la medida.

Por su parte Rusia denunció estas “acciones irreflexivas” de los europeos, que podrían conducir a “nueva escalada” en torno al acuerdo.

Con esta iniciativa, los tres países europeos llevan la contraria a Donald Trump, quien los instó a abandonar el pacto y decretar nuevas sanciones el 8 de enero. París, Londres y Berlín confían que la diplomacia y las negociaciones con Irán se retomen. Se trata no obstante de una apuesta arriesgada, que podría verse empañada con las nuevas manifestaciones contra el régimen de Teherán.

“Lo que quieren poner encima de la mesa a cambio de la marcha atrás iraní no está claro. Esto podría seguir haciendo mella en el marco del JCPOA”, advirtió Ellie Geranmayeh, experta en el European Council on Foreign Relations, en un tuit.

El primer ministro británico, Boris Johnson, no tardó en manifestarse y decir que estaba dispuesto a reemplazar el acuerdo de 2015.

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