/ viernes 11 de mayo de 2018

Duelo de misiles en Irán-Israel, podría desencadenar guerra en todo Oriente Medio

Israel esperaba ese ataque desde hace varios días y sus temores se intensificaron

PARÍS, Francia. Con el duelo de misiles que mantuvieron ayer, Israel e Irán protagonizaron el primer enfrentamiento directo de su historia entre esas dos potencias regionales, que puede degenerar rápidamente en una guerra capaz de extenderse sobre todo Oriente Medio.

“La escalada de las últimas horas muestra que está en juego la guerra o la paz” de toda la región, declaró alarmada la canciller alemana Angela Merkel ayer en Aquisgrán al entregar el premio europeo Carlomagno al presidente francés Emmanuel Macron. En un comunicado conjunto, los dos dirigentes apelaron luego a ambos países a la “ponderación” y a la “desescalada”.

El ministerio de Relaciones Exteriores germano incluso acusó a Irán de “provocación” por haber tomado la iniciativa de disparar una salva de 20 cohetes y misiles contra posiciones israelíes en la meseta del Golán, ocupada desde 1967 y anexada en 1981.

Ese ataque, ocurrido a las 2 de la madrugada del jueves, partió de una batería de Al Qods la fuerza encargada de las operaciones exteriores de Irán- ubicada cerca de Kiswa, en los suburbios de Damasco.

Cuatro de los proyectiles fueron destruidos por el sistema de defensa antiaéreo Cúpula de Hierro y los otros cayeron del lado sirio del Golán. Pero esa ofensiva desencadenó un diluvio de fuego -sin duda preparada desde hace tiempo- sobre medio centenar de posiciones vitales del dispositivo militar de Al Qods en Siria: depósitos de armas y municiones cerca del aeropuerto de la capital, posiciones de inteligencia y estaciones radar, bases militares y hasta las baterías móviles iraníes desde las cuales se dispararon los misiles contra Israel.

El portavoz del ejército incluso señaló con el dedo al responsable de la operación: “Este ataque refleja la audacia de Qassem Soleimani” (el jefe de Al Qods), precisó Jonathan Conricus en una conferencia telefónica con la prensa extranjera.

Israel no deploró ninguna víctima, pero en Kiswa hubo al menos 23 muertos: 5 efectivos sirios y 18 miembros de las “fuerzas aliadas del régimen”, eufemismo que alude tanto a las fuerzas iraníes como a los milicianos libaneses, pakistaníes o afganos enrolados por el movimiento chiita Hezbolá.

Esa misma madrugada, Israel lanzó un ataque aéreo contra una base cerca de Damasco, que provocó otros 15 muertos, entre ellos 8 iraníes, según el Observatorio Sirio de Derechos (OSDH).

El enfrentamiento de ayer, constituyen el incidente más grave desde la guerra del Kippur de 1973, según el experto francés Frédéric Encel, autor de varios trabajos sobre la geopolítica regional.

Israel esperaba ese ataque desde hace varios días y sus temores se intensificaron después que el presidente norteamericano Donald Trump anunció su retiro del tratado nuclear con Irán.

Israel advirtió de la inminencia del ataque a Rusia. Ese anuncio, en el marco del mecanismo de intercambio de información acordado entre los dos estados mayores para evitar incidentes directos entre ambos países, fue formulado horas después de la visita realizada por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a Moscú para asistir al desfile militar que recordó la victoria de 1945 contra el nazismo.

Ese episodio, después de otros tres incidentes menos significativos ocurridos desde el 9 de abril, marca el comienzo de una inquietante escalada entre esos dos países que no comparten fronteras comunes ni tienen conflictos territoriales, pero que -desde la Revolución Iraní en 1979- se encuentran en una trayectoria de colisión que tiende a conducirlos irremediablemente a una guerra.

"La mayor amenaza para la existencia de Israel no está en los países árabes, sino en Irán", advierte desde hace 25 años Benjamin Netanyahu.

En Kyria, en Tel Aviv, donde funciona la sede del Estado Mayor israelí, se considera que el “incidente está terminado”, pues estiman que Irán “comprendió el mensaje”.

En Europa, sin embargo, se teme que el grave incidente de ayer sea solo el prólogo de una guerra que tanto las cancillerías como los expertos en geopolítica de Oriente Medio, consideran ahora inevitable. Como si se hubiera propuesto arrojar gasolina al fuego, el nuevo secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, advirtió: "Si Irán ataca a lsrael, Estados Unidos responderá”.

PARÍS, Francia. Con el duelo de misiles que mantuvieron ayer, Israel e Irán protagonizaron el primer enfrentamiento directo de su historia entre esas dos potencias regionales, que puede degenerar rápidamente en una guerra capaz de extenderse sobre todo Oriente Medio.

“La escalada de las últimas horas muestra que está en juego la guerra o la paz” de toda la región, declaró alarmada la canciller alemana Angela Merkel ayer en Aquisgrán al entregar el premio europeo Carlomagno al presidente francés Emmanuel Macron. En un comunicado conjunto, los dos dirigentes apelaron luego a ambos países a la “ponderación” y a la “desescalada”.

El ministerio de Relaciones Exteriores germano incluso acusó a Irán de “provocación” por haber tomado la iniciativa de disparar una salva de 20 cohetes y misiles contra posiciones israelíes en la meseta del Golán, ocupada desde 1967 y anexada en 1981.

Ese ataque, ocurrido a las 2 de la madrugada del jueves, partió de una batería de Al Qods la fuerza encargada de las operaciones exteriores de Irán- ubicada cerca de Kiswa, en los suburbios de Damasco.

Cuatro de los proyectiles fueron destruidos por el sistema de defensa antiaéreo Cúpula de Hierro y los otros cayeron del lado sirio del Golán. Pero esa ofensiva desencadenó un diluvio de fuego -sin duda preparada desde hace tiempo- sobre medio centenar de posiciones vitales del dispositivo militar de Al Qods en Siria: depósitos de armas y municiones cerca del aeropuerto de la capital, posiciones de inteligencia y estaciones radar, bases militares y hasta las baterías móviles iraníes desde las cuales se dispararon los misiles contra Israel.

El portavoz del ejército incluso señaló con el dedo al responsable de la operación: “Este ataque refleja la audacia de Qassem Soleimani” (el jefe de Al Qods), precisó Jonathan Conricus en una conferencia telefónica con la prensa extranjera.

Israel no deploró ninguna víctima, pero en Kiswa hubo al menos 23 muertos: 5 efectivos sirios y 18 miembros de las “fuerzas aliadas del régimen”, eufemismo que alude tanto a las fuerzas iraníes como a los milicianos libaneses, pakistaníes o afganos enrolados por el movimiento chiita Hezbolá.

Esa misma madrugada, Israel lanzó un ataque aéreo contra una base cerca de Damasco, que provocó otros 15 muertos, entre ellos 8 iraníes, según el Observatorio Sirio de Derechos (OSDH).

El enfrentamiento de ayer, constituyen el incidente más grave desde la guerra del Kippur de 1973, según el experto francés Frédéric Encel, autor de varios trabajos sobre la geopolítica regional.

Israel esperaba ese ataque desde hace varios días y sus temores se intensificaron después que el presidente norteamericano Donald Trump anunció su retiro del tratado nuclear con Irán.

Israel advirtió de la inminencia del ataque a Rusia. Ese anuncio, en el marco del mecanismo de intercambio de información acordado entre los dos estados mayores para evitar incidentes directos entre ambos países, fue formulado horas después de la visita realizada por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a Moscú para asistir al desfile militar que recordó la victoria de 1945 contra el nazismo.

Ese episodio, después de otros tres incidentes menos significativos ocurridos desde el 9 de abril, marca el comienzo de una inquietante escalada entre esos dos países que no comparten fronteras comunes ni tienen conflictos territoriales, pero que -desde la Revolución Iraní en 1979- se encuentran en una trayectoria de colisión que tiende a conducirlos irremediablemente a una guerra.

"La mayor amenaza para la existencia de Israel no está en los países árabes, sino en Irán", advierte desde hace 25 años Benjamin Netanyahu.

En Kyria, en Tel Aviv, donde funciona la sede del Estado Mayor israelí, se considera que el “incidente está terminado”, pues estiman que Irán “comprendió el mensaje”.

En Europa, sin embargo, se teme que el grave incidente de ayer sea solo el prólogo de una guerra que tanto las cancillerías como los expertos en geopolítica de Oriente Medio, consideran ahora inevitable. Como si se hubiera propuesto arrojar gasolina al fuego, el nuevo secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, advirtió: "Si Irán ataca a lsrael, Estados Unidos responderá”.

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