La explosión del polvorín en Peñuelas dejó daños en construcciones y campos, pero también ocasionó estragos en la mente de personas que habitan cerca del sitio, mismos que ahora se encuentran con la zozobra de que pueda ocurrir otro accidente de tal magnitud o incluso mayor.
Desde que salió el sol, habitantes de comunidades cercanas como Carrizal Grande, El Tocotín y Loma Bonita caminaron hacía la zona que horas antes fue de desastre, acudieron a visitar a sus familiares o amigos o simplemente con la curiosidad por saber que había quedado del lugar que estalló.
Y es que durante la noche del jueves muchas personas se quedaron en vela, después de escuchar las explosiones y ver una columna de humo y fuego pocos pudieron volver a conciliar el sueño.
Margarita Ruiz, habita la comunidad San Nicolás Temascatío, que está a varios kilómetros del sitio de la explosión, sin embargo relató qué sus hijos sufrieron de desmayos y crisis tras el hecho.
"Yo soy fuerte, estaba hablando por teléfono con mi hermana pero cuando ellos se pusieron mal me paré a ponerles alcohol en la nuca, dos se me desmayaron, se escuchó como si hubiera sido afuera".
Margarita caminó hasta Peñuelas para ver que sus familiares y conocidos estuvieran bien o ver si necesitaban algún tipo de ayuda.
Después de la explosión varias versiones empezaron a circular entre habitantes de la zona, y el temor empezó a crecer pues hablaron de muertos, de colonias enteras destruidas, situación que horas después pudieron ver que no fue cierta, si bien la mayoría de personas relataron que las explosiones son algo que ya había pasado varias veces a lo largo de los más de 40 años que tiene los polvorines en Peñuelas, esto fue mayor.
Jorge Morales, habitante de Loma bonita dijo que tiene toda su vida esta zona, por lo que calcula que los polvorines tienen alrededor de 40 años en esta área, las explosiones no son algo que no se hubiera visto antes, sin embargo describió la del pasado jueves como la más intensa.
"Fue como cuatro veces más fuerte que las otras que he escuchado", comentó mientras recorría los alrededores de la fábrica de pirotecnia, en los cuales a varios metros había piezas como "palomas" y "cebollitas", restos de periódico, cinta y papel enredado en árboles y nopales, los cuales algunas personas estuvieron retirando las primeras horas de la mañana.