Irapuato, Gto.- La familia Contreras, conformada por una pareja y sus dos hijas, llevan aproximadamente mes y medio viajando desde su país de origen, Venezuela, en busca de una vida mejor y con más oportunidades; sin embargo, la incertidumbre les invadió cuando se dieron cuenta que no habría trenes por unos días, pues lo único que quieren es llegar a la frontera y poder cruzar a Estados Unidos.
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“Nadie nos avisó que el servicio de trenes iba a ser suspendido, no hay nadie que se nos acerque a brindarnos ese tipo de información tan útil, ahora sí que andamos en tierras ajenas y a ciegas”, comentó la madre de familia.
Andrés, otro migrante originario de Colombia, comentó que su viaje ya ha durado más de dos meses y medio y ha llegado a sufrir múltiples agresiones tanto de autoridades como de grupos delictivos y que en la actualidad lo único que busca es un lugar para estar estable y seguro.
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“La verdad es que durante mi camino perdí a mucha gente por los peligros a los que uno se enfrenta, llegaron a secuestrarme, a torturarme, sobreviví a un ataque con un arma de fuego, la verdad es que ya estoy muy cansado por todo lo que he pasado, ya estoy completamente solo, porque también perdí a mi familia”, narró.
Relató que entre sus planes no está regresar a Colombia, pues no hay nada que le motive para hacerlo, ya que el gobierno de ese país le quitó sus propiedades.
“Yo ya no soy bienvenido en mi país de origen, que es Colombia, el gobierno de allá me quitó mis tierras y me corrieron de ahí, sólo quiero llegar a un lugar en donde pueda tener calma, creo que no estoy pidiendo mucho”, comentó.
Los Zaragoza son otra familia de origen venezolano y ellos comentaron que nunca habían sufrido de tanta xenofobia desde que llegaron al país, ya que afirmaron que no los dejaban usar los baños en las gasolineras, a pesar de que ellos iban a pagar de los servicios o han buscado trabajos para solventar los gastos que pudieran llegar a presentarse y son rechazados inmediatamente.
“La verdad que esas actitudes que han tenido hacia nosotros son realmente injustas, no nos dejan comprar boletos de autobús, porque la migra ya nos espera para quitarnos nuestras cosas y para regresarnos sin dinero; no nos dejan usar los baños de las surtidoras de gasolina y tampoco nos quieren dejar trabajar, nos quitan las pocas oportunidades que tenemos y no nos dan más opciones”.
Muchos de ellas y ellos concordaron en que lo que buscan es cruzar la frontera hacia Estados Unidos y que la violencia que se ejerce sobre ellos es bastante injusta y esto sucede cuando no cuentan con el dinero suficiente para pagar “la mordida”, los regresan desde el último punto obligándolos a iniciar su viaje desde cero y sin efectivo.