Consterna fallecimiento de Doña Mari, voceadora durante medio siglo en Irapuato

María Santos Villanueva, fue voceadora de El Sol de Irapuato durante más de 50 años, este jueves dejó este plano terrenal a los 81 años, pero será recordada como un personaje de la ciudad, varias lecciones de trabajo y de vida la mantendrán viva en quienes la conocieron y como recuerdo de su rostro quedó el mural que se encuentra bajo el puente de la colonia Las Carmelitas.

La familia, amigos y conocidos de María Santos Villanueva, popularmente conocida como “Doña Mari”, le dieron el último adiós tras su fallecimiento que sorprendió a todos, la causa fue un paro respiratorio.

Durante más de 50 años, María Santos fue una figura emblemática en el municipio de Irapuato, ya que dedicó su vida a la venta del periódico El Sol de Irapuato, lo que le permitió también, ser cercana, consejera y amiga de varios irapuatenses que primero fueron sus clientes, luego sus amigos y muchos de ellos la consideran como familia, por lo que fueron a presentar sus honores antes de dejarla en su última morada.

Durante sus últimos años, Doña Mari continuó esta labor que le permitió salir adelante y sacar adelante a su familia desde su hogar, aunque fue alentada por sus hijos a descansar, su espíritu trabajador nunca disminuyó.

Juan Rodrigo López Villanueva, es uno de sus cinco hijos, él recordó la vida de esfuerzo y dedicación de su madre, con quien inclusive tuvo oportunidad de trabajar en la venta de periódico cuando era un niño, y otras veces hasta que pudo iniciar su carrera profesional.

“Le agradecemos a mi madre todo lo que hizo por nosotros, yo siempre la vi como una mujer luchadora; a pesar de que ella se caía, se volvía a levantar. Nos sacó adelante sola, nos enseñó a ser responsables, a trabajar para que pudiéramos valernos por nosotros mismos”.

Si bien, al recinto donde fue velada Doña Marí no llegó de inmediato la gente, más tarde llegaron decenas de personas para expresar sus condolencias a la familia, y hasta recordar las charlas que tuvieron con ella, flores llenaron la capilla, pues ella siempre fue muy querida por su comunidad

“Todo sucedió de repente, era muy conocida y querida por mucha gente”, compartió su hijo, que agradeció a todos aquellos que apoyaron a su madre durante su vida.

Gabriela Cruz Aguirre, cercana a la familia, expresó que para ella María Santos fue una madre, debido a los cuidados y cariño que recibió de ella desde pequeña.

“Soy cuñada de Abel, él y mi madrina Santa me criaron desde chica, esta situación es muy triste porque estoy perdiendo una parte de mí. Ella se convirtió en una historia importante de Irapuato porque mucha gente la conoció, y eso me hace sentir algo muy bonito, pero es muy triste tener que despedirse de alguien que por tantos años estuvo alegrando el día de muchos”.

Por su parte, José Cruz Villanueva, nieto de María Santos, narró el difícil momento en el que se enteró de su fallecimiento.

“Ella era como mi mamá, estoy muy triste porque ayer no me encontraba aquí cuando partió, no pude despedirme y no sabía qué hacer; siempre la voy a recordar como una mujer fuerte, quien me ayudó a salir adelante, siempre creyó en mí y me impulsó a ser mejor persona”, añadió.

Homenaje en el mural

Hubo personas que no pudieron acudir al recinto funerario, pero eso no impidió que tuvieran un gesto de agradecimiento en su memoria y el lugar adecuado fue el mural que está bajo el puente de la colonia Las Carmelitas, donde quedó plasmado su rostro hace unos años.

El impacto de María Santos Villanueva, más allá de los lazos familiares, marcó una huella en Irapuato. “La Santa”, como algunos le decían, será recordada como una figura de esfuerzo, amor y solidaridad que, con su carisma, alegró la vida de quienes tuvieron el privilegio de conocerla.

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La muestra de esto fue el señor Saul López Castro, quien al pasar por el emblemático mural donde fue plasmada Doña Mari, colocó dos macetas de cempasúchil como un gesto de despedida y agradecimiento tras tantos años de trabajo.

Descanse en paz María Santos Villanueva.