Por las próximos 1 y 2 de noviembre, las panaderías ya se encuentran preparando el tradicional Pan de Muerto, el postre más conocido y típico de estas festividades.
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En el caso de la panadería El Ruso, ubicada en la colonia Las Heras, comenzaron a preparar este pan a principios del mes de octubre y dejarán de hacerlo después de los primeros días del mes de noviembre.
Jesús Laines, un panadero que lleva más de 30 años haciendo Pan de Muerto, comentó que la elaboración de este postre es un procedimiento realmente sencillo, ya que simplemente se necesitan seis ingredientes.
“Hacer este pan es realmente fácil o tal vez a mí se me hace así, porque ya tengo muchos años haciéndolo; los ingredientes que se necesitan son harina de trigo, margarina, anís molido, leche, huevo y azúcar; se empieza haciendo la masa con todos los ingredientes, menos la margarina, ésta se pone hasta el final para poder meter los panes al horno con azúcar espolvoreada y que quede como caramelo; el anís es realmente importante para este pan, ya que éste le da el sabor característico; al terminar de mezclar la masa, se debe dejar reposar media hora para que ésta se expanda, luego se hacen bolitas del tamaño de la planta de la mano y se le agregan los cuatro ‘huesitos’ en cruz”.
Comentó que en un día llegan a elaborar hasta 180 piezas, las cuales son repartidas en expendios y tiendas de abarrotes, pero los días 1 y 2 de noviembre es cuando hacemos muchas más, al menos unos 450 panes; cada charola dura máximo 15 minutos en el horno”.
¿Qué simboliza este pan?
Esta pieza de pan cuenta con distintos significados y se le atribuye que fueron otorgados desde la época prehispánica.
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Uno de ellos se explica que la pequeña parte de en medio simboliza el cráneo y las tiras que están en cruz pueden ser los huesos del difunto o las lágrimas del ánima a la que se le hace la ofrenda y otro de sus simbolismos son que al momento de la conquista de los españoles, al ver los sacrificios que eran dedicados para las deidades, crearon este pan pintado con azúcar roja, que representaba el corazón de los sacrificados y con esto evitar que se siguieran realizando masacres.