Han pasado 365 días y de Juan David nada se sabe, nadie sabe. Aunque el proceso judicial ha avanzado, no se tiene ninguna pista de él; ha sido buscado en baldíos, en canales, en casas, en terrenos y en ningún lado hay rastros de él. La única persona que podría tener información es Miguel Ángel N., su padrastro, pero en un año no ha querido hablar al respecto.
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Juan David tendría actualmente 12 años y estaría próximo a terminar su educación primaria, pero tras su desaparición, la cual fue presuntamente perpetrada por su padrastro, no ha habido forma de dar con su paradero, o saber siquiera si sigue con vida o no.
Artemio y Juan Agustín, abuelo y padre del niño, respectivamente, llevan a cuestas el dolor de haber gastado todas las opciones que se les ocurrieron en una búsqueda sin respuestas, en ver cómo las luces de la esperanza en quienes lo apoyaban se fueron apagando, una a una hasta, casi quedar a oscuras, en la incertidumbre de si algún día podrá regresar su hijo a casa, ya sea con vida o solo para darle digna sepultura.
Juan David, para quienes lo conocieron, fue descrito como un niño inocente, pero que presuntamente era víctima de presuntos maltratos previo a su desaparición. A pesar de que hubo denuncias sobre estos maltratos que recibía, éstas no recibieron la importancia que merecían; hubo quienes fueron testigos de muchas señales de alerta que había hacia él, pero poco pudieron lograr.
Actualmente existe un proceso penal en contra de Miguel Ángel N, quien al momento de su detención era un policía municipal irapuatense en activo, por los delitos de desaparición cometida por particulares y violencia familiar; hace unos días un juez rechazó la petición de procedimiento abreviado, pues el padrastro del niño volvió a negarse a brindar información sobre el paradero de éste.
EL DIA QUE TODO INICIÓ
Aquella noche del 13 de mayo fue la última vez que Juan David fue visto con vida. La única que afirmó verlo fue su madre Reyna María, quien sobre lo sucedido proporcionó al menos tres versiones distintas: una de ellas apuntaba a que había escapado por la ventana para irse a ver a su padre; otra, que su padrastro Miguel Ángel lo había golpeado y posteriormente sacado de la casa en una bolsa, ya sin vida, y una más, que el mismo padrastro lo había extraído del domicilio, con la promesa de llevarlo a ver a su papá, pues el niño quería estar con él.
Pero Juan David no vio siquiera a su padre. Habían pasado, incluso, años sin que ambos se vieran. Supo de él hasta la mañana del 14 de mayo de 2022, cuando agentes ministeriales tocaron a su puerta para interrogarlo y le dijeron que su hijo estaba desaparecido.
El primer día después del reporte por la desaparición, fue activada una Alerta Amber, pero eso generó sospechas en los que en su momento sólo fueron observadores de la violencia que presuntamente sufrió el niño.
Y es que la familia paterna de Juan David solicitó de inmediato una cuidadosa investigación del padrastro del niño y no sólo eso, sino también contra su madre.
Posteriormente fue realizada una manifestación a la que se unieron vecinos de la colonia Urbi Villas del Rey. Fue ahí que entre diálogos salieron a la luz varias anécdotas, que iban desde que el padrastro presuntamente golpeaba a Juan David cada que tenía oportunidad, subiendo incluso el volumen de bocinas en casa para que los gritos no se pudieran distinguir, hasta las presuntas amenazas que otros vecinos sufrieron al tratar de hacer algo para detener la violencia; el miedo que expresaron vecinos fue justificado al mencionar que Miguel Ángel N. era policía municipal activo, lo cual relataron, utilizaba como método para presuntamente intimidarlos.
Tanto Miguel Ángel como Reyna fueron llamados al Ministerio Público, pero únicamente Miguel Ángel fue detenido y vinculado a proceso; las declaraciones que dio Reyna en ese entonces la mantuvieron en calidad únicamente de testigo.
La primera batalla se había librado: el presunto responsable se encontraba bajo la mano de la ley; sin embargo, la lucha apenas comenzaba, pues había muchos huecos en el hecho, faltaban piezas importantes para saber lo que era prioridad y donde quedó Juan David.
DESAPARICIÓN DEL MENOR PROVOCA CONMOCIÓN EN LA COMUNIDAD
Aunque los casos de desaparición en el estado y el país son cientos de miles, el de Juan David ocasionó una intensa indignación en la sociedad, tanto que los ojos del país fueron puestos en la pequeña colonia Urbi Villas del Rey, en Irapuato, una de las más conflictivas y que se ubica en la zona sur del municipio. Hasta ahí acudieron personas de otros municipios y estados, además de vecinos de otras colonias y comunidades, para unirse a búsquedas en campo.
Con la fuerza que cobró la labor de búsqueda de madres en colectivos, la sociedad tomó lo que pudo para iniciar búsquedas. Empezaron con los predios cercanos a la casa de Juan David, tarea que no fue fácil, pues la vivienda se encontraba junto a un cárcamo abandonado, además de que hay cruce de ríos y canales de aguas negras en la zona.
No obstante, en medio de una pandemia, la gente tomó herramientas, gorras y lo que tenía a su alcance para apoyar. Fueron llevados perros de búsqueda, maquinaria pesada para buscar en el bordo de los cuerpos de agua, a su vez éstos fueron registrados cuidadosamente por el cuerpo de bomberos, pero nada se resolvió.
Algunos objetos fueron asegurados en distintos puntos, pero con pruebas genéticas fueron desechados después.
Conforme pasaron las semanas y meses, mucha gente tuvo que volver a sus labores y la búsqueda quedó sólo en manos de Agustín, Artemio y al menos siete familiares y amigos más, quienes no se rindieron.
LUCHAR CONTRA LA REVICTIMIZACIÓN
Es común que las familias que sufren por la desaparición de algún familiar caigan en la revictimización, someterse a juicios sociales mientras se es víctima de la comisión de un delito y esto ocasionó estragos psicológicos en Juan Agustín, padre del niño.
La realidad era que Agustín había tenido que dejar su trabajo para seguir con las búsquedas, Artemio pasó por lo mismo, pues pese a dedicarse a las labores de carpintería, esto es algo que demanda mucho tiempo, el cual tenía que invertir en ser apoyo físico, pero sobre todo moral de su hijo que pasaba por el peor momento.
“Estaba muy mal, no quería ni salir, a veces se levantaba preguntando por qué seguir, si todo estaba en su contra; aunque yo en el fondo sentía lo mismo, tuve que apoyarlo para que no se cayera”, dijo Artemio, abuelo del niño.
En casa de los abuelos de Juan David se quedaron esperando los regalos de Navidad de 2022, al fondo de un armario, pues su abuela nunca perdió la esperanza de volverlo a ver tanto a él como a su hermanito menor, pero eso no ha sucedido hasta la fecha. Juan David sigue desaparecido, su hermano se encuentra bajo resguardo de su mamá y no han podido tener contacto con él.
Mientras tanto, la búsqueda en campo y mediante redes sociales continuó, fue así que familiares se dieron cuenta de los comentarios hirientes que algunas personas realizaban, lo cual irremediablemente también estaba ocasionando problemas psicológicos en todos los que estaban involucrados en la búsqueda.
“Es difícil tener a un hijo desaparecido, aún más si no tienes recurso ni apoyo para buscarlo, pero el mayor daño lo hace la gente que juzga a las familias afectadas, que piensan que solo queremos que nos den cosas y no ven la realidad”, relató.
Aun frente a los juicios de muchos, hubo gran parte de la población que los ayudó con lo que fue posible en las búsquedas que se hicieron diario durante varios meses.
“Se acercaban con un vaso de agua, un plato de comida o para decirnos en que podían ayudarnos, gente que no conocíamos nos tendió la mano y agradecemos por eso”.
Días festivos, fines de semana, días, noches y hasta madrugadas fueron invertidas en labores de búsqueda.
“SI ESTÁS AHÍ ESCUCHÁNDONOS, VE QUE NO TE OLVIDAMOS”.
Algunos festejos fueron realizados en memoria del niño. Familiares creen a veces que no hay esperanza de regresarlo con vida, pero otros días creen fuertemente que Juan David podría estar en algún lado, vivo y escuchando todo lo que han hecho por él, por lo que no han dejado de lado ninguna oportunidad para nombrarlo y recordarlo.
Es por esto que en festividades como el Día del Niño, en su cumpleaños, fiestas de sus familiares, navidades y hasta en el Día de Reyes compartieron comida en su honor.
Tal fue el día en que fue su cumpleaños número 12, todos se reunieron en la cochera frontal de la casa donde vivía Juan David y partieron pastel y gelatina, cantaron las mañanitas y al final hicieron una oración frente a un altar que había sido colocado poco tiempo antes.
A dicho altar vecinos han llevado desde juguetes, dulces, comida, flores y veladoras que han sido respetadas.
Actualmente algunos de esos objetos lucen maltratados por la exposición al sol, los vidrios algo empañados por las inclemencias del tiempo, pero la fotografía continúa intacta dentro de la estructura de cristal, a la que vecinos todavía miran cada que pasan por la banqueta.
TRABAJA COMO TAXI EJECUTIVO Y DIFUNDE INFORMACIÓN SOBRE SU HIJO
Durante la última audiencia celebrada el pasado 24 de abril, todos se encontraban con la esperanza nuevamente, en esta ocasión ante la posibilidad de que el paradero de Juan David fuera revelado por su padrastro, pues esta era la única condición que se ponía para aceptar la petición del procedimiento abreviado, lo cual disminuiría la pena de cárcel a la que podría enfrentarse Miguel Ángel, en caso de ser declarado culpable; sin embargo, esto no ocurrió.
Al salir de los juzgados, Agustín y Artemio relataron que las búsquedas han continuado, sólo que en esta ocasión salían a buscar y se basaron en localizaciones del celular de Miguel Ángel, para ver si algo podía hacer, pero tampoco dio frutos esta labor.
Sin pistas, lo único que les queda es salir adelante. Actualmente Juan Agustin trabaja como operador de un taxi ejecutivo y a trabajar sale algunos días con una playera blanca con la imagen de Juan David impresa en el frente, esto ha permitido que algunas personas le reconozcan y pueda así seguir difundiendo su búsqueda.
“Me reconocen, con quien se puede comparto los datos de mi hijo, yo no puedo dejar de trabajar, pero si puedo hacer desde donde estoy lo que pueda, quien quita y alguien supo algo y me dicen donde podrían tenerlo”.
En los 12 meses de búsqueda, él ha expresado que a su alrededor todos parecen estar tranquilos con lo que pasó, lo que a él le da una esperanza una vez más, de que Juan David esté vivo y oculto en algún lado.
“Si alguna familia lo tiene, si se los dieron o está oculto con alguna otra persona, por favor díganme, avísenme dónde puedo pasar por el, solo quiero que regrese con nosotros”.
Ahora se busca la pena máxima para el presunto responsable de la desaparición y de ser así se enfrentaría a 81 años en prisión; la próxima audiencia tendrá lugar el miércoles 17 de mayo.