Los tacos dorados de papa y frijol de “Don Lupe” son una tradición en Irapuato, con más de 55 años, continúan deleitando a generaciones de irapuatenses, este emblemático puesto, ubicado desde hace más de tres décadas en la esquina de las calles Allende y Guerrero, sigue siendo un punto de referencia para quienes buscan una probadita de nostalgia y sabor.
Doña Agustina Rizo, viuda de Don Lupe y ahora con 87 años de vida, recuerda con orgullo los comienzos del negocio que fundó su esposo, en una entrevista para El Sol de Irapuato, compartió algunas de sus memorias más preciadas, como los primeros días vendiendo afuera de los cines Realto y Rex. “Fue allí donde empezamos a tener clientela”, y desde entonces, generación tras generación nos ha seguido.
Para doña Agustina, el negocio no solo representa una fuente de ingresos, sino un legado familiar que don Lupe les dejó a sus hijos. Con una sonrisa dijo “con este noble trabajo, él logró sacar adelante a la familia y darles estudios a nuestros hijos”.
Los tacos de “Don Lupe” han sido testigos de innumerables historias y anécdotas, algunos clientes, ahora padres de familia y profesionistas, recuerdan cómo sus propios padres los llevaban al puesto después de la escuela, hoy, ellos continúan la tradición llevando a sus hijos a probar los mismos tacos dorados que tanto disfrutaron en su infancia, a pesar de que Don Lupe falleció hace 11 años, su memoria sigue viva entre quienes aún recuerdan con cariño al hombre detrás del sabor de estos deliciosos tacos.
“A veces vienen personas que cuando eran niños comían aquí con sus padres, y ahora traen a sus propios hijos”, señala doña Agustina. “Siempre recuerdan a Don Lupe, el de los tacos de la calle Allende”.
El menú del puesto de tacos ha mantenido su sencillez y autenticidad a lo largo de los años, la especialidad siempre han sido los tacos dorados de papa y frijol, que se preparan de la misma manera desde hace más de medio siglo, con el tiempo, también se incorporaron las tortas, un complemento que ha sido bien recibido por los comensales.
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Doña Agustina junto con su hijo comienzan su jornada a las 9 de la mañana y continúan hasta las 5 de la tarde, sirviendo a una fiel clientela que, sin importar la hora del día, acude en busca de los sabores de antaño.
Los tacos de “Don Lupe” no solo son un antojo, sino una verdadera tradición que ha trascendido generaciones y que, con toda seguridad, seguirá deleitando a muchas más.