Silvia Piña López, junto a sus hijos y nietos, atienden su puesto de tacos al vapor “Don Carlos”, negocio que tiene más de 30 años operando ubicado a un costado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y que inició tras los esfuerzos de su difunto esposo Carlos Vez Martínez; contó cuál ha sido su experiencia tras tantos años de comercio y cómo ha recibido el apoyo de las y los irapuatenses, clientes que aseguró los quiere como familia.
Narró que, antes de dedicarse a la venta de tacos, su esposo trabajaba en un cine y ella era secretaria, además contó que la inspiración para abrir el negocio surgió gracias a un amigo de la familia, Don Pepe, quien les enseñó el arte de hacer tacos al vapor.
“Mi esposo trabajaba en el cine, y un amigo de él, Don Pepe, vendía tacos. Él nos enseñó a hacer tacos, y así empezamos, con nuestros hijos aún pequeños”, compartió.
Desde el inicio, los tacos se vendían frente al IIMSS, sin permisos oficiales, pero con el tiempo lograron regularizar su negocio. Silvia Piña destacó que el cariño y la lealtad de sus clientes han sido esenciales para el éxito de “Tacos al Vapor Don Carlos”.
“Gracias a Dios, a la gente le gusta lo que hacemos. Con el tiempo, muchos de nuestros clientes se han vuelto como familia, nos ha tocado que muchos de ellos se van muriendo y es algo muy triste, pero es parte de la vida, también muchos de los niños que venían en carriola ya están casados y traen a sus propios hijos”, afirmó.
El menú de “Don Carlos” ofrece una variedad de guisos, como adobado, barbacoa, pastor, chicharrón, rajas con queso, y más. La preparación comienza desde la noche anterior y continúa a primeras horas de la mañana.
“Nos levantamos a las 4:00 de la mañana para poner los tacos en la lumbre. A las 8:30 ya estamos listos para atender a la gente”, explicó.
Confesó que el trabajo ha sido arduo, pero gratificante; tras 34 años de labor, decidió reducir su horario y solo abrir de lunes a viernes para poder descansar.
“Ya estoy grande, ya me canso, y quiero disfrutar el tiempo que me queda con mi familia, aunque mi trabajo me gusta mucho y me la paso bien cuando vengo, porque puedo platicar con mis clientes, tan bien nos llevamos que hasta nos invitan a comer a sus casas”, comentó.
Asimismo, mencionó que su esposo falleció hace tres años de covid-19, y aunque ha sido difícil continuar sin él, sus hijos y nietos le han brindado el apoyo necesario para mantener el negocio.
“Mis hijos me apoyan mucho, y ahora hasta mis nietos me echan la mano. Es un negocio familiar que espero siga adelante por muchos años más aunque yo ya no me encuentre aquí”.
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El legado de Don Carlos Vez Martínez sigue vivo en cada taco que Silvia y su familia preparan con esmero, un símbolo de la tradición y esfuerzo que caracteriza a esta querida y reconocida familia de Irapuato.