La historia de la colonia 18 de Agosto va ligada con la inundación de 1973, pues fue ahí en donde fueron reubicados varias de las familias que perdieron sus casas por el paso del agua.
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Quienes vivieron la tragedia, recordaron que el progreso de la ciudad fue algo lento y para las personas de la colonia 18 de Agosto el volver a recuperar su casa les tomó al menos cinco años, tiempo en el que vivían en lo que en ese entonces era la orilla de la ciudad, sin servicios y con la incertidumbre en cada temporada de lluvias de que otra inundación les arrebatara lo poco que tenían.
El señor Manuel Fernández fue una de las tantas víctimas de la inundación que sucedió el 18 de agosto de 1973. Él contó cómo vivió esta terrible experiencia, cuando tenía tan sólo 16 años.
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“Parte de mi infancia y adolescencia la pasé entre las calles Manuel Doblado y 20 de Noviembre. Aquél día todo empezó cuando la gente comenzó a gritar que ya venía el agua, fue increíble ser testigo de cómo el agua viajó por kilómetros y kilómetros de distancia y cuando uno menos lo esperó, el agua ya estaba pasando por la calle Guerrero, era impresionante ver cómo tiraban las casas a su paso, porque casi todas eran de adobe.
“En la vecindad donde vivía, sólo había un cuarto de cemento y ahí fue donde cinco o seis familias estuvimos encerradas por una noche. Pasaron varias semanas para que el agua se fuera por completo y al ver los daños que había provocado ésta, fue cuando nos vinimos a vivir para acá a la colonia 18 de Agosto. Nos costó mucho trabajo cambiarnos, porque tuvimos que construir desde cero en los terrenos que nos proporcionaron”, recordó.
“Es imposible olvidar”
El señor Juan de los Ángeles, de 78 años de edad, también compartió su experiencia con la inundación y dijo que sobrevivió durante dos días encerrado con sus vecinos y también contó la historia de una mujer que perdió a sus tres hijos en una antigua plaza comercial.
“¿Quién se va a olvidar del 18 de agosto? Los jóvenes de hoy no sabrán realmente el terror que se vivió, pero quienes lo vivimos en carne propia, es imposible que se nos olvide. Me tocó ver muchas cajas de muertos, coches volcados y al lado de mi casa había un local de abarrotes, que con la inundación se salió casi toda la mercancía, pero entre los vecinos y yo le quitamos el techo de lámina y pasamos lo que quedaba de la tienda a mi casa y con eso no le batallamos con el hambre por lo menos por dos días, pero sí estuvo feo”.
“Me tocó rescatar a una persona”
Otro sobreviviente fue el señor Daniel Pantoja, de 76 años, quien narró cómo fue su vivencia ante la inundación, la cual, dijo, fue tan traumática y triste que él prefiere ya no recordarlo, por cómo lo hizo sentir, pues a la echa sigue teniendo miedo.
“A mí me tocó vivirlo en El Ranchito, estuvo feo, porque a un tío mío y a mí nos tocó levantar a una persona que estaba aferrado en una ventana en la calle Bolívar, pero no quería soltarse, aunque los de arriba le dábamos la mano, hasta que le tuvimos que dar un golpe en la cara para que se soltara. En la noche, sin miedo, a pesar de que mi cuñado no sabía nadar, nos fuimos a su taller hasta la colonia Primero de Mayo por unas lonas, yo sí sabía nadar, pero había corrientes muy fuertes que te jalaban, batallamos un montón porque el agua nos llegaba hasta el pecho y a veces nos tumbaba. También por las noches se veían muchísimas ratas y se podían escuchar cómo se caían las estructuras”.
“Vi cómo una niña se perdió en el agua”
Por su parte, la señora María de Jesús Muñoz, también habita la colonia 18 de Agosto. Actualmente tiene 79 años y contó cómo vivió este suceso junto con sus cuatro hijos y gracias a que su cuñada vivía en Valle, pudieron salir de Irapuato, pero al regresar notaron la devastación que había quedado.
“Yo vivía por la Casuarina con mi esposo y mis hijos que estaban chiquitos, ahí no pasó tanto la inundación, pero al saber que ya venía el agua, nos fuimos a Santos Degollado, donde vivía mi suegra, lo que fue contraproducente, porque ahí fue donde primero llegó. Un vecino de mi suegra nos dijo que nos subiéramos al segundo piso de su casa, cuando vio que nos llegaba ya el nivel del agua por el pecho, ahí pasamos una noche. Al día siguiente de la inundación nos fuimos a Valle, con mi cuñada, que nos dio asilo, ya que como yo tenía a mis niños y no había nada que comer, pero antes de irnos, por la mañana, mientras esperábamos a mi cuñada, una niña como de tres años que estaba en el techo de la casa del señor Enrique se asomó de más y antes de que pudiéramos hacer algo, la niña se cayó al agua y ya no pudo salir. Ya cuando pasaron ocho días, nos regresamos a Irapuato, fue cuando vimos toda la destrucción que había quedado. Por las noches se podía oír cómo gritaban las personas”.
La inundación dio paso a la existencia no sólo de la colonia 18 de Agosto, sino que habitantes de la misma zona consideran que fue el primer paso para la aparición de todas las colonias que hoy conforman el sur de la ciudad de Irapuato.