Los daños que sufrió el Templo de Santiaguito parecen no representar riesgos de colapso; sin embargo estos representan una carrera contra el tiempo, pues algunas piezas de cantera que no contaban con aplanado sí se vieron afectadas por el fuego.
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De acuerdo con el arquitecto Eduardo Garnica, integrante del Colegio de Arquitectos de Irapuato y quien forma parte del grupo “Irapuato de Mis Recuerdos, quienes se encargan de rescatar y difundir la historia de la ciudad, tras realizar el recorrido por el templo, explicó que los daños visibles afectaron los aplanados que funcionaron como protección a la piedra con que está construido el recinto; sin embargo, una de las partes afectadas del lugar no contaba con este aplanado, lo cual derivó en que algunas piezas de la dovela quedaran despostilladas.
“Para confirmar esto, se mandarán a hacer pruebas de laboratorio a esas piedras de cantera que forman las dovelas para ver su resistencia actual”.
El estado en que el templo se encontraba anterior al incendio fue documentado por el grupo “Irapuato de Mis Recuerdos”, lo cual servirá para los trabajos de restauración, que quedarán a cargo de María Teresa Vargas Hernández, destacada por su labor en otros recintos, como el Templo de la Soledad y su intervención en proyectos del Museo de la Ciudad, el templo de San José, entre otros.
María Teresa Vargas Hernández comentó que por ahora lo que sigue es hacer el análisis de las piedras, para ver el grado de deterioro, así generar un diagnóstico técnico, el cual servirá para ingresarlo al Instituto Nacional de Antropología e Historia y así solicitar el permiso de intervención; esto iniciará este mismo martes.
Templo inició como capilla hace 185 años
En entrevista con El Sol de Irapuato, Jesús Arévalo y Eduardo Garnica, ambos integrantes de “Irapuato de Mis Recuerdos”, contaron un poco sobre el origen y lo que hay detrás del Templo de Santiaguito.
En la recopilación de información de este grupo, se dio cuenta que fue en 1835 de cuando data el templo; en aquel entonces era una capilla que abrió ante el cierre de los patrones de San José y San Francisco de Asís, ocurrida por la peste que azotó la región en esa misma época.
“Aun así, a partir de 1835 fueron cerca de 20 años lo que tardó en consolidarse; encontramos más fechas de diferentes fases entre 1872 y 1889, como la vemos actualmente se completó hasta 1905”.
El templo es uno de los ocho que se encuentran en los barrios originales de la ciudad. En un principio tenía aspecto más similar al de una misión que al de un templo, relataron, y al contrario de muchos otros templos, una espadaña sustituyó al campanario de la torre.
En general el templo ha pasado por muchas transformaciones hasta convertirse en lo que fue antes del incendio.
“La espadaña es una parte fundacional primitiva de cuando empieza el templo, para que éste tenga su campana en lo que terminaban la torre, antes se decía mucho lo de Irapuato torres mochas, era en tiempos de bonanza en que se construían o terminaban las torres, en este templo fue al revés”, dijo Eduardo Garnica.
El templo es parte del patrimonio cultural de Irapuato, pues es parte de una tradición única en el mundo que son los barrios celebrados durante el mes de diciembre.
La puerta que se consumió debió haber sido creada en las remodelaciones del año 1967, al igual que las bancas dañadas, mencionó Jesús Arévalo.
Intacto Santiago Apóstol
Otra cosa que sorprendió a propios y extraños fue que durante el incendio algunos vidrios en la cúpula del templo tronaron, pero no fue así con el vitral de Santiago Apóstol, el cual se encuentra sobre la puerta principal; tampoco la imagen que se ubica a la entrada izquierda donde se originó el incendio resultó dañada.
En un resumen documentaron que los daños fueron la puerta de acceso izquierda que se quemó totalmente, la puerta principal que se quemó en la parte superior, accesorios inmobiliarios, daño a la pintura, pérdida total de dos bancas y cuatro más que resultaron dañadas.