El agave, en el mediano plazo, dejará de ser un rentable negocio, debido a la sobreproducción que hay en varias regiones de Guanajuato y Jalisco, que están viviendo el boom de este cultivo.
Así lo dio a conocer Víctor Manuel Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), quien durante su visita a Irapuato señaló que aunque el mercado actual del agave es bastante atractivo, en el mediano plazo ese boom terminará por abaratar los precios y para muchos ya no será negocio y volverán a los cultivos tradicionales o bien, a otros que puedan ser de alternativa.
“Ha habido una sustitución de cultivos y sí, efectivamente está desplazando cultivos de ciclos cortos, como el maíz, por el agave. Todo esto se debe por el precio tan alto que se ha venido ofertando para la compra de la piña del agave, porque tiene un mercado hoy día bastante atractivo, pero lo que ha venido ocurriendo, y eso ha pasado en años anteriores, es que está tan bueno el precio, que la gente empieza a sembrar y lo que trae como consecuencia es que el precio se cae”, dijo en entrevista el funcionario federal.
Víctor Villalobos Arámbula dijo que el boom de la siembra de agave se debe a que el mercado asiático ha estado adquiriendo grandes cantidades de tequilas, lo cual ha hecho que las empresas dedicada a fabricar esta bebida requieran de más agave, pero anticipó que debido a la sobreproducción, los precios no tardarán en bajar, por lo que llamó a no saturar la siembra de esta planta y mejor buscar otros cultivos.
“Lo que le está apostando mucho la industria del tequila es a que hay una mayor demanda de tequila, particularmente en los países asiáticos, pero la verdad es que sí hay una sobreproducción y yo anticipo que en el mediano plazo se va a caer el precio del agave y volveremos a utilizar los cultivos tradicionales o se van a utilizar esas tierras para otros cultivos nuevos”.
La industria del tequila vive momentos con viento en popa en Guanajuato. Actualmente hay 37 mil hectáreas sembradas con agave azul en siete municipios que consiguieron el distintivo “denominación de origen”, como son Abasolo, Cuerámaro, Huanímaro, Manuel Doblado, Pénjamo, Romita y San Francisco del Rincón. Tequileras como José Cuervo o Corralejo, entre otras, han visto en los campos de Guanajuato una veta de producción de agave de calidad e incluso, en menor tiempo de lo que se produce en Jalisco.
Quienes ingresaron a la producción del agave en Guanajuato lo hicieron por dos motivos: el primero, porque ante el encarecimiento de insumos para producir granos tradicionales de Guanajuato, como el maíz, trigo sorgo, cebada y frijol, que va desde las semillas, los fertilizantes, el diésel, herbicidas y pesticidas, sus cosechas se volvieron poco rentables, aunado a que los apoyos gubernamentales para el campo año con año han ido desapareciendo y una sequía se ha ido prolongando ha hecho que los cultivos de temporal ya sean una especie en vías de extinción en el país; la segunda, porque les dijeron que lo más conveniente era rentar sus tierra, pues les darían entre 20 mil y 30 mil pesos anuales por hectárea durante ocho años de contrato, dinero libre de todo impuesto y gravamen y que es casi el doble de lo obtenían si continuaban sembrando granos.
Sin embargo, también la siembra de agave se ha vuelto un problema, porque en muchas zonas se ha convertido en un monocultivo, pero que ha generado problemas, debido a que no deja crecer otros cultivos, justamente como el maíz, el grano que muchos productores dejaron de cultivar para irse al agave.