Sin señas particulares, al infierno por amor al hijo desaparecido

La directora guanajuatense abre distintas reflexiones, una de ellas, las madres que buscan a sus hijos

El Sol de León

  · domingo 1 de noviembre de 2020

Fotos: Eloy Esquivel | El Sol de León – cortesía | Curpulenta Films

La cineasta guanajuatense Fernanda Valadez preestrenó en León “Sin señas particulares” en el Teatro María Grever en una proyección organizada por el Instituto Cultural de León. La película abre el espacio a diferentes reflexiones que dependen del espectador al apreciar el primer largo de la directora de Guanajuato capital, su filme proyecta la odisea de Magdalena al descender a las brasas del infierno, por amor.


Las primeras imágenes son las del hijo de Magdalena, entre sueños y pensamientos, su hijo le dice que se va a Estados Unidos, a Arizona y a partir de ahí comienza el viaje de la madre que después de meses de no saber nada de él, emprende el viaje de Guanajuato a la frontera, el espectador podría observar a una mujer frágil en un entorno tan complejo, sumido en la violencia y su amor la lleva a recorrer lugares inhóspitos, fronteras delimitadas por bandas criminales y por países, México y Estados Unidos.

La película expresa el amor de Magdalena que es el motor que la lleva a andar por lugares peligrosos a conocer diferentes personajes y situaciones, a dar con pistas que con el paradero de hijo y en ese camino conoce la que viven quienes van buscando del suelo americano, a través de imágenes poderosas Fernanda Valadez relata “Sin señas particulares” para dar paso a reflexiones y dudas, incluso sentimientos.

La directora guanajuatense abre distintas reflexiones, una de ellas, las madres que buscan a sus hijos, las que llevan tiempo, años, sin saber algo, como una madre que se encuentra en el camino de Magdalena que busca a su hijo desde hace varios años, una madre que espera llamadas de personas encontradas, que busca el cuerpo de su hijo dentro de bolsas negras.

“Sin señas particulares”’ plantes cuestiones ¿en dónde quedan los familiares? ¿regresarán? ¿habrán cruzado? ¿Qué les ha pasado? Valadez poner al espectador en los zapatos de Magdalena o de esas madres que no se han cansado de buscar, de saber con certeza qué es lo que ha pasado eso se experimenta en la película.

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Pareciera que “Sin señas particulares” no ofrece un hálito de esperanza, pues es un filme monstruoso por los temas que toca, las migraciones forzadas provocadas por el narcotráfico, las mafias que acechan silenciosas por las carreteras y caminos de terracería las desapariciones, los repatriados.

Magdalena es una madre que desciende al tártaro que se vive en el país, los migrantes, los jóvenes reclutados por la delincuencia organizada, una “road movie” en donde una mujer que anda con un bolso y un rebozo y la fotografía de su hijo, Valadez expresa la odisea de la madres con planos generales parajes en los que se resalta la naturaleza entre huizaches, mezquites, cazahuates y encinos.

La directora no es explícita y deja las escenas de violencia a la imaginación de cada quien, algunas secuencias de su ópera prima son inquietantes como la del diablo en contraluz con una hoguera, pese a todo Magdalena es el cielo, es la esperanza de esas madres que van en busca de algo que les fue tan tangible como un abrazo, un beso.

Los personajes en la historia de Magdalena son significativos y es que cada uno, aunque no le acompañan en su viaje, fungen como piezas que le ayudan encontrar a su hijo o la verdad de lo que le ha sucedido a su hijo, es en este punto que la realidad que vive el país le tiene preparada una sorpresa a Magdalena, que quienes no mueren a manos del narco, otros no logran escapar de las mafias formando parte de estos grupos delictivos.

“Sin señas particulares” abre esta reflexión, el país es grande y los pueblos azotados por las mafias acechan, cobran vidas, como en las ciudades, unos se van y otros llegan para descubrir que el país no ha cambiado del todo pero ¿este es el México que queremos?