Julián Soto Soto es un elemento del heroico cuerpo de bomberos de Irapuato, quién es padre de dos hijos, a quienes ha tratado de inculcarles valores fundamentales qué debe tener todo elemento de los cuerpos de rescate, como lo son la solidaridad el respeto y la empatía con personas que pasan por malos momentos y que han perdido incluso familiares por accidentes derivados de incendios y otros fenómenos.
El bombero dijo que la labor de bombero es compleja pero una de las más bonitas que existen, ya que todos los días arriesgan su vida y su mayor motivación son sus hijos y su esposa, por ello dijo que siempre pone el profesionalismo por delante, ya que es una de las cosas que ha aprendido el tiempo que lleva en la corporación.
“Llevo más de 29 años en este oficio y con el tiempo le vas tomando mucho cariño, es uno de los oficios más bonitos que hay y siempre tengo el apoyo de mi familia, de mi esposa y de mis hijos, siempre trato de inculcarles los buenos valores y ellos me lo agradecen, es muy bonito ser papá y trabajar en bomberos”.
Julián lleva más de 29 años al servicio de los irapuatenses y que ha participado en gran cantidad de eventos en los que ha salvado la vida de personas y es padre de Julián Antonio y Carmen Guadalupe, qué son dos jóvenes quiénes están orgullosos de la labor que ha realizado su progenitor en los años de carrera como bombero, pues todos los días les da muestra del valor que tienes su función al interior de la corporación.
Contaron que su padre es una persona exigente pero que a la vez es sumamente cariñoso, pues todos los días tiene la capacidad de sacarles una sonrisa por más difícil que sea el momento que estén viviendo.
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Ambos jóvenes actualmente cursan el noveno semestre de la carrera de derecho, ya que ellos desde el ámbito jurídico buscan realizar las buenas acciones de su padre que benefician a la ciudadanía y son sabedores de que sin el apoyo de su padre, no habrían conseguido llegar a donde están.