/ jueves 21 de abril de 2022

Ser educadora requiere vocación y pasión

América Sánchez dijo que se trata de una profesión de mucha responsabilidad, pues se tienen que dar las primeras enseñanzas a las niñas y niños que atienden

Para la educadora, Yaneli América Sánchez Cortez, quien tiene más de 13 años de servicio en el Centro de Desarrollo Infantil (Cendi), ubicado dentro de las instalaciones de la XII Región Militar de Irapuato, dijo que la educación es una profesión que requiere no sólo vocación y pasión, sino también ética y profesionalismo para atender a la niñez de México, quienes serán los adultos del mañana.

La educadora Yaneli América Sánchez contó que la profesión de enseñar a los más pequeños requiere ética y profesionalismo, pues de aquí se forman las bases con las que los niños y niñas crecerán.

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“Yo llevo 13 años de servicio dentro de las Fuerzas Armadas y sí es muy diferente, pues aquí los papás de los niños trabajan los 365 días de año, es por ello que aquí a los niños hay que enseñarles, entenderlos y comprenderlos, para que ellos y sus papás se puedan sentir seguros a la hora de que están en sus labores”, contó en entrevista con Organización Editorial Mexicana.

Añadió que las educadoras tienen como misión preparar a los pequeños estudiantes ante estos tiempos tan difíciles con ética y valores, por lo cual dijo que el escoger ser educadora como profesión, se debe estar consciente de que también significa ser una “educadora 24/7”, es decir que, todo el tiempo se trabaja en mejorar y actualizarse para estar a la par de las nuevas generaciones y no sólo dentro de un aula.

“Como educadora de un Cendi, es ser educadora los 365 días, durante las 24 horas del día y los días que tal vez sales más temprano o que no sales a trabajar, es momento de seguirte actualizando, porque los niños de ahora ya vienen con un celular en la mano, muchas cosas ya la vieron en el celular y, ¿cómo le hago para que ellos aprendan? Pues esa es nuestra tarea, capacitarnos para brindarles lo mejor, porque aquí deja de ser su segunda casa como en la mayoría de los preescolares, para muchos niños esté es su primer hogar”, explicó.

Son pilares en la formación y educación.

Agregó que tanto es el tiempo que pasan los niños dentro del Cendi, que se llega a crear un vínculo tan cercano con los pequeños que incluso se llega al punto en que nos llegan a decir “mamá”.

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Para América Sánchez se necesita vocación y pasión, y aunque no se imaginó trabajar en Cendis, la vida la llevó a estar ahí y donde, a decir de propia voz, aún le falta mucho por recorrer como docente, pero lo que ha vivido hasta hoy en día ha superado sus expectativas.

Para la educadora, Yaneli América Sánchez Cortez, quien tiene más de 13 años de servicio en el Centro de Desarrollo Infantil (Cendi), ubicado dentro de las instalaciones de la XII Región Militar de Irapuato, dijo que la educación es una profesión que requiere no sólo vocación y pasión, sino también ética y profesionalismo para atender a la niñez de México, quienes serán los adultos del mañana.

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“Yo llevo 13 años de servicio dentro de las Fuerzas Armadas y sí es muy diferente, pues aquí los papás de los niños trabajan los 365 días de año, es por ello que aquí a los niños hay que enseñarles, entenderlos y comprenderlos, para que ellos y sus papás se puedan sentir seguros a la hora de que están en sus labores”, contó en entrevista con Organización Editorial Mexicana.

Añadió que las educadoras tienen como misión preparar a los pequeños estudiantes ante estos tiempos tan difíciles con ética y valores, por lo cual dijo que el escoger ser educadora como profesión, se debe estar consciente de que también significa ser una “educadora 24/7”, es decir que, todo el tiempo se trabaja en mejorar y actualizarse para estar a la par de las nuevas generaciones y no sólo dentro de un aula.

“Como educadora de un Cendi, es ser educadora los 365 días, durante las 24 horas del día y los días que tal vez sales más temprano o que no sales a trabajar, es momento de seguirte actualizando, porque los niños de ahora ya vienen con un celular en la mano, muchas cosas ya la vieron en el celular y, ¿cómo le hago para que ellos aprendan? Pues esa es nuestra tarea, capacitarnos para brindarles lo mejor, porque aquí deja de ser su segunda casa como en la mayoría de los preescolares, para muchos niños esté es su primer hogar”, explicó.

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Agregó que tanto es el tiempo que pasan los niños dentro del Cendi, que se llega a crear un vínculo tan cercano con los pequeños que incluso se llega al punto en que nos llegan a decir “mamá”.

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