El comercio y la ciudadanía de Irapuato han sido testigos de la inflación y el constante aumento de productos de la canasta básica durante los últimos 21 años.
Aurelio López, comerciante de verduras y abarrotes, manifestó que con el paso de los años los productos alimenticios han registrado aumentos excesivos que la economía de muchas familias no han soportado, recordó que por ejemplo en el año 2000 el precio de una pasta para sopa era de dos pesos y actualmente se oferta en ocho y el aceite de cocina de litro que en ese tiempo se vendía en 10 pesos ahora oscila entre los 35 y 40 pesos.
Manifestó que mientras el precio de los alimentos se eleva el salario de los ciudadanos solamente registra aumentos pero por los ajustes inflacionarios, situación que durante las últimas dos décadas ha atentado contra el poder adquisitivo de las familias, ya que su dinero cada vez tiene menos valor para adquirir productos esenciales para vivir.
“Son detalles que mucha gente no se da cuenta pero nosotros que estamos en el comercio hemos visto la evolución de los precios, algo que en su momento comprabas con 2 pesos como una pasta para sopa ahora te cuesta ocho y no se diga el aceite de cocina que es muy utilizado ahorita te cuesta 40 pesos”.
Por su parte, la ciudadana Estela Ramírez, dijo que la crisis económica que se vive en la actualidad no permite a las familias de escasos recursos a tener acceso a los productos de la canasta básica y a los de la clase media los obliga a comprar menor cantidad de despensa ante los elevados precios.
Dijo que actualmente hay familias que ni siquiera tienen la posibilidad de comprar un kilo de tortillas por día, pues los sueldos son raquíticos y en la actualidad para comprar un kilo del alimento mas consumido por los mexicanos se tienen que desembolsar 20 pesos y a principios de la década del 2000 su precio era de cinco pesos por kilo.
Juana Montero, comerciante de productos de la canasta básica, manifestó que actualmente para las familias mas necesitadas resulta difícil tener en su mesa huevo, frijoles, chile de molcajete y tortillas, ya que son productos que han encarecido y que la gente que gana el salario mínimo no puede comprar.
Dijo que hace 20 años el precio por kilo del chile serrano oscilaba entre los cinco y seis pesos y en los últimos ha llegado a costar hasta 40 pesos, mientras que el jitomate se adquiría en cinco pesos y ahora en algunos meses del año se vende hasta en 35.
“Hoy podemos decir con seguridad que no toda la gente puede comprar aunque sea lo básico para comer, todo está caro, hay gente que no tiene trabajo y hay otros que lo tienen pero que no reciben buena paga, tienen familia y a veces es complicado para ellos comprar con estos precios”.
Diego Laguna, dijo que ante la inflación que atenta contra la economía de la población los comerciantes de frutas, verduras y abarrotes se han visto obligados a surtir mercancía en menor cantidad, ya que la situación económica es difícil y cada vez el dinero alcanza para comprar menos.
Por su parte, Estela Ramírez, manifestó que en el comercio ha encontrado su principal fuente de ingresos, ya que al ser persona de la tercera edad no ha tenido oportunidades laborales, sin embargo, el tema de la inflación le ha impedido obtener buenas ganancias, ya que la mercancía la consigue a precio elevado y los clientes ya no compran igual que en años anteriores.