Cada 31 de enero es el Día Internacional del Mago, desde trucos ingeniosos hasta aspectos ocultistas, la realidad es que la magia siempre ha estado cargada de misterio y misticismo. En cuanto a los que la practican muy poco se conoce, como al que se le otorga el título de santo patrono de los magos.
San Juan Bosco, fue un sacerdote italiano que a muy temprana edad tuvo un sueño, el cual sería ser guía de los niños y jóvenes más necesitados, aspecto que marcaría la vocación de su vida.
Juan Bosco, nació en I Becchi, Italia. El 16 de agosto de 1815, a muy temprana edad, Juan estaría marcado por la tragedia debido a que perdería a su padre a la edad de 2 años, por lo cual él y su familia comenzarían a tener dificultades económicas, esto lo llevo a tratar de conseguir empleo en un pueblo cercano, el cual encontró en el campo y tiempo después alternaría con el estudio y la oración.
Su primer acercamiento a la teología, sería gracias a su primer mentor y guía espiritual Juan Melchor Calosso, quien fuera capellán de Murialdo, una aldea en la provincia de Savona, Liguria Italia. Aunque este moriría repentinamente en noviembre de 1830.
Don Bosco, no abandonaría su vocación que se le presentaría a la edad de 9 años y continuaría ahora haciendo diferentes oficios que le ayudarían a ganarse el pan; camarero, cuidador de un establo y aprendiz de un taller fueron algunos de los oficios que aprendió poco después del fallecimiento de su primer mentor, que lo alentaría a dedicarse a la religión.
Así en 1841, se ordenaría como sacerdote. En este punto Juan Bosco, podría empezar a cumplir su sueño de ayudar a los niños y jóvenes más necesitados, mediante el inicio de la Sociedad Salesiana que tiempo atrás empezaría con algunos amigos bajo el nombre de la Sociedad de la Alegría.
Juan Carlos Aonso, autor del libro “Don Bosco y la magia” publicado por la editorial CCS. Compartió que además de su vocación por ayudar a los niños y jóvenes que tendría a los 9 años. Don Bosco también empezaría a tener una afición por la magia a la edad de los 11 años, gracias a ver estos trucos en ferias, destacando un truco en particular: “Se trata de tres pequeños cubos que esconden y hacen aparecer bolas de distinto tamaño ante el asombro de los espectadores”. mediante este truco de magia, alternando con algunos otros. Juan Bosco, mediante la magia atraía a chicos con los que trabajaba y tras algunas charlas les mostraba el evangelio y los invitaba a rezar con él.
San Juan Bosco, siguió aprendiendo trucos de magia durante toda su vida, lo que propició que en 1953, un congreso de magos organizado en Segovia, España lo declarará: Santo Patrono de los Ilusionistas.
Juan Bosco, fallecería el 31 de enero de 1888 para luego ser beatificado por el Papa Pío XI el dos de junio de 1929 y posteriormente declarado santo el primero de abril de 1934.
Debido a esto se declararía el 31 de enero como el Día Internacional del Mago