La Capilla de las Ánimas, ubicada a un costado de la Catedral de Irapuato, ha concluido su proceso de restauración, informó Wendy García, secretaria de la catedral, durante los meses de agosto y septiembre se realizaron los trabajos que permitieron resolver los problemas de filtraciones de agua en el techo y reparar los daños arriba de la puerta principal, la cual presentaba un notable deterioro esa parte.
Wendy García explicó que, por el momento, en el altar principal de la capilla solo se encuentra una imagen, ya que las demás imágenes fueron retiradas temporalmente para protegerlas de posibles manchas y daños por los materiales de construcción utilizados durante las obras, dijo que en el momento indicado se colocarán de nueva cuenta estas pinturas a las que los irapuatenses estamos acostumbrados ver en el lugar que han ocupado durante años.
Aunque la restauración estructural ha terminado, la capilla aún requiere ser pintada, sin embargo, la secretaria indicó que están esperando que los acabados sequen por completo y que se asegure que no haya más filtraciones desde el techo.
La obra también permitió eliminar riesgos de colapso, garantizando la seguridad de este espacio que tiene un significado especial para la comunidad católica en Irapuato.
La secretaria de catedral también destacó que la restauración fue posible gracias al apoyo del gobierno municipal, el cual fue fundamental para llevar a cabo estas acciones en conjunto con la catedral.
Con estas labores, la Capilla de las Ánimas de Catedral casi está lista para seguir siendo un sitio de devoción y tradición en Irapuato, esperando pronto recuperar en su totalidad la esencia que ha acompañado a los fieles por generaciones.
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Por su parte, los feligreses irapuatenses expresaron para El Sol de Irapuato, su alegría por la restauración de la histórica Capilla de las Ánimas, que es un símbolo importante de fe para venir a rezar por nuestros difuntos.
Con esta renovación, los visitantes podrán ingresar con mayor confianza, sin la preocupación de que el recinto continúe deteriorándose, preservando así su valor espiritual y cultural.