IRAPUATO, Gto. (OEM-Informex). Rattan Lal, premio Nobel de la Paz en 2007 y Premio Mundial de Alimentación, aseguró que es momento de cambiar el paradigma de la agricultura en el mundo, en donde por un lado los suelos usados para cultivos siempre deberían de tener vegetación, al tiempo que las tierras deben dejar de ararse, y por el otro se tienen que empezar a regresar terrenos a la naturaleza y ésta pueda regenerarse, pues en un futuro no habrá suelos óptimos para producir alimentos.
Rattan Lal, quien formó parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático que en 2007 obtuvieron el Premio Nobel de la Paz, ofreció una conferencia magistral en formato virtual durante el marco del Foro Global Agroalimentario realizado en Irapuato y señaló que la fórmula para obtener mayor cantidad de alimentos no es tener más superficies con vocación agrícola, al contrario, se trata de reducir la superficie y con ello regresar terrenos hacia la naturaleza y así puedan regenerarse recursos, por lo que la apuesta debe ser producir más alimentos con menos recursos.
“El objetivo es producir más con menos y la estrategia es que nosotros utilicemos menos tierra, menos agua, menos fertilizantes y plaguicidas, generemos menos emisiones de gas de efecto invernadero, para que entonces podamos darle un poco más de tierra a la naturaleza, porque los humanos estamos utilizando demasiados campos”, advirtió.
Incluso, Rattan Lal proyectó que si actualmente se están utilizando a nivel mundial cinco mil millones de hectáreas para producir alimentos, lo ideal es que para 2030 sólo sean utilizadas mil millones de hectáreas para la agricultura y las otras cuatro mil regresarlas a la naturaleza.
“La idea es poder crear un equilibrio. El suelo es como una cuenta bancaria: va a aumentar si depositamos más que lo que nosotros retiramos, por lo que debemos usar suelos óptimos y devolver a la naturaleza los marginales”, comentó y recordó su icónica frase: “los suelos, como todo ser vivo, también tienen derechos”.
Residuos de cosechas deben aprovecharse
Rattan Lal explicó que uno de los errores comunes y que han dañado los suelos a nivel mundial es que al término de la cosecha, los campos quedan sin vegetación y los suelos van perdiendo nutrientes.
“La idea es incentivar a los productores para que mantengan el suelo siempre con vegetación y que en la temporada baja no se are la tierra, pues todo residuo de la cosecha anterior debe dejarse en la superficie del suelo, para con ello protegerlo de la lluvia, del viento y de altas y bajas temperaturas.
“(...) Por ello, es importante introducir una zona de amortiguamiento entre los seres humanos y la vida silvestre y, además, devolver áreas a la naturaleza es muy importante, pues la premisa es que los humanos deberían pensar en salvar tierra, estamos a tiempo”, manifestó.
El científico estadounidense de origen pakistaní expuso que actualmente 30% de la superficie del mundo está degradado y las zonas más críticas están en El Caribe, el Himalaya y el África Subsahariana y una de las causas de esto es el agotamiento de los nutrientes, debido a prácticas agrícolas que provocan que éstos desaparezcan el suelo, sin que puedan llegar a convertirse en biomasa.
Salud del suelo, vital en combate a la pobreza alimentaria
Rattan Lal comentó que el combate al cambio climático debe considerar también como tema prioritario la salud de los suelos.
“La vida depende fundamentalmente de la salud de los suelos, hoy vemos que 840 millones de personas padecen inseguridad alimentaria y no por estar sembrando más estamos alimentando más. Debemos restaurar la salud de los suelos mediante prácticas agrícolas que tengan menos emisiones de carbono”, manifestó Lal.
Por ello, destacó la importancia de la recién conformada Coalición de Acción 4 para la Salud de los Suelos, denominada CA4SH por sus siglas en inglés, en la cual están reunidos actores públicos y privados, con el objetivo de impulsar mejoras a la salud el suelo en todo el mundo, sobre todo si se considera que 80% del carbono está en los suelos, lo cual representa un problema, pero también un área de oportunidad para revertirlo y pueda haber producción de alimentos de manera sostenible y suelos sanos que permitan la biodiversidad.