Armando López Orduña, tesorero de la Alianza Hortofrutícola Internacional para el Fomento de la Responsabilidad Social (Ahifores) en Guanajuato, comentó que la presión sobre el sector agrícola en México está desbordando la capacidad de los gobiernos locales y estatales para gestionar adecuadamente la migración laboral.
Explicó que esta situación ha provocado el aumento de espacios urbanos con servicios deficientes y propiedades sin regularizar y que ha generado tensiones sociales, afectando la calidad de vida de las familias jornaleras.
“Un claro ejemplo de este fenómeno se ha observado en el estado de Jalisco, donde el aumento de familias migrantes ha impulsado la necesidad de infraestructura educativa, se han inaugurado preparatorias en ciudades cuyo nombre no era conocido anteriormente, un reflejo del rápido crecimiento de la población agrícola migrante”.
Mencionó que otro problema relacionado es el empleo de menores en el campo, a pesar de que en 2015 se prohibió legalmente el trabajo de adolescentes entre 15 y 18 años, pero ha habido un incremento en este rango de edad y que laboran en la informalidad.
“Esta prohibición, que buscaba proteger a los menores, ha tenido el efecto contrario, los adolescentes ahora trabajan sin acceso a servicios médicos ni garantías laborales, la informalidad sigue siendo favorecida por la falta de mecanismos eficaces de regulación, lo que deja a más del 50% de la fuerza laboral desprotegida”, resaltó el tesorero de Ahifores.
Los otros retos
Asimismo, expresó que el impacto económico de estas dinámicas también representa una preocupación, debido a que las exportaciones agrícolas han perdido valor en los últimos dos años.
“Las exportaciones agrícolas han perdido valor en los últimos dos años debido a la apreciación del peso frente al dólar, lo que ha reducido en más de un 30% el poder adquisitivo de los exportadores mexicanos, además, las tasas de interés han escalado, complicando el financiamiento para los agricultores”.
A esto se suman los efectos del cambio climático, que ha aumentado la frecuencia y severidad de los siniestros agrícolas, la destrucción de cultivos y los costos crecientes de los seguros están erosionando la rentabilidad del sector.
Esta fue la primera ponencia durante el segundo seminario Ahifore, el cuál fue inaugurado por el secretario de Desarrollo Agroalimentario y Rural del Estado de Guanajuato, Paulo Bañuelos Rosales.