Irapuato, Gto. (OEM).- El obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, expresó su preocupación por el aumento de la violencia en México y señaló que la inseguridad ha transformado drásticamente la vida social, económica y espiritual de la ciudad de Irapuato y el estado de Guanajuato.
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El obispo coincidió con las declaraciones del presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Irapuato, Carlos Vega Castañón, quien también manifestó su inquietud sobre los efectos de la violencia tras los recientes ataques armados en diversos establecimientos.
Enrique Díaz Díaz comentó que la política actual de combatir la violencia con "abrazos y besos" no ha dado resultados concretos y también insistió en que es crucial atacar la raíz del problema de criminalidad que afecta al país.
"Se necesita mayor dedicación y acciones concretas de seguridad, los números son cada día más aterradores, no podemos acostumbrarnos a la violencia ni normalizarla".
En el ámbito municipal, el obispo hizo hincapié en que la violencia no sólo afecta la seguridad personal, sino que también ha alterado el desarrollo de la vida comunitaria y religiosa.
“Antes uno podía estar en el centro de la ciudad hasta altas horas de la noche con total tranquilidad; ahora, las calles están desiertas desde temprano porque la gente teme ser víctima de la violencia".
Esta situación ha afectado directamente a los comercios locales, muchos de los cuales han reducido sus horarios de operación debido a la falta de clientes durante las noches.
Además, el obispo destacó cómo el miedo a la violencia ha alterado las actividades religiosas, particularmente las que solían realizarse por las noches.
"Hace unos años, era normal tener reuniones nocturnas, especialmente de grupos de matrimonios; ahora, muchas personas prefieren no salir por temor, lo que ha dificultado la participación en estas actividades", señaló.
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Finalmente, el obispo de la Diócesis de Irapuato exhortó a las autoridades a que asuman su responsabilidad en la lucha contra la violencia, resaltando la necesidad de un esfuerzo conjunto entre el gobierno y la sociedad para construir la paz en el país.
“No podemos limitarnos a echar culpas, todos debemos compartir la responsabilidad de encontrar soluciones y construir la paz", concluyó.