Desde hace más de 10 años, las plagas han puesto en apuros a los productores en el campo del estado, pues éstas no han dado tregua y siguen afectando miles de hectáreas en el estado.
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En entrevista con Organización Editorial Mexicana, Alfredo Camargo Rodríguez, dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en Irapuato, dijo que al cierre del año, los campesinos no han podido “encontrar la puerta” contra las plagas, tales como el gusano cogollero, pestalotia, tijerilla e incluso chapulines, que son sólo algunas de las plagas que han atacado los campos de cultivo en el estado.
El dirigente de la Confederación Nacional Campesina en Irapuato dijo que durante el año han sido innumerables las hectáreas que han sido afectadas por estas plagas y no hay una forma de hacerles frente.
Mencionó que una de las alternativas con las que se les hacía frente, pues anteriormente era con el uso de fertilizantes, sin embargo, estos durante el último año han incrementado su precio hasta el doble, lo cual se convierte en poco rentable.
Por ejemplo, el precio de la Urea por tonelada actualmente cuesta superior a los 20 mil pesos, mientras que en el 2021 este costaba menos de 8 mil pesos.
Otro ejemplo, era con la llegada del temporal de lluvia, la cual hacía que en productos especiosos en el campo ahuyentaran la plaga que le afectaba, tal el caso del gusano cogollero, una plaga que con las altas temperaturas se reproduce; sin embargo, en este 2023 está siendo considerado uno de los más secos en 40 años.
“Los que vivimos en el campo vemos de primera mano cómo las plagas nos han puesto una friega y si a eso le sumamos la falta de lluvia, se ha convertido en un calvario para nosotros los del campo, pues hay plagas por todos lados, hay poca lluvia, que en el algunos casos ahuyenta las plagas y para acabarla de amolar los fertilizantes se han incrementado hasta en 200%, lo cual, en verdad, nos deja fuera del alcance”, dijo.
Por ello, hizo un llamado a las autoridades de los tres niveles de gobierno a voltear a ver y escuchar las necesidades del campo, pues de lo contrario se desencuadernarán una serie de eventos que lastimarían a todos los sectores de la población.
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“Las autoridades deben tener en mente que el campo es vida y si no hay campo no hay comida y después vendrán las consecuencias porque todo subirá y perjudicará la economía del estado”, agregó.