Todos recuerdan alguna historia de aquél 18 de agosto de 1973, ya sea porque la vivieron en carne propia o porque pasó de boca en boca, a través de las generaciones. Y aunque muchos de aquéllos que lucharon y participaron en el rescate de la ciudad ya no están, las anécdotas se quedaron como muestra de la fortaleza y humanidad que caracteriza a las familias irapuatenses, misma que sirvió para que la ciudad se convirtiera en lo que es actualmente.
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Imelda Fuentes Gallardo, comerciante del Mercado Hidalgo, fue una de ellas. En 1973 trabajaba en el área de comida del mercado y fue ahí donde “los agarró la inundación”.
Imelda Fuentes relató que el mercado siempre se ha mantenido activo y en aquél entonces era donde toda la gente de las comunidades acudía a surtir su despensa. Recordó que cuando empezaron a ver el agua correr por las calles, subieron a la parte alta del mercado, donde ella se encontraba el área de comida, pero fue tanta el agua que se acumuló que obstruyó las escaleras y tuvieron que pasar días ahí, arriba el mercado.
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“Se quedó mucha gente de los ranchos aquí, traían niños, se quedaron en el baño a dormir, hasta que bajo el agua, pues la corriente iba muy fuerte”, recordó.
Fue entonces que Imelda y sus compañeras hicieron lo posible por ayudar a quienes se refugiaron en su área de trabajo e hicieron rendir la comida para ayudar a todos los que se quedaron varados en el mercado, con ellas.
El agua había inundado la planta baja del mercado y ellas con gran esfuerzo trataron de alcanzar frutas y verduras que flotaban, para así poder seguir alimentando a la gente hasta que pudieron salir de ahí.
“Lo que teníamos nosotros les estábamos ofreciendo, la gente venía a comprar su despensa de ranchos y se quedaron las bancas, los baños y nosotras los apoyamos con desayunos, las compañeras hacían tortillas, todo hasta que bajó el agua”.
Cuando el agua bajó, las personas pudieron salir del mercado Miguel Hidalgo, que se convirtió en su refugio y pudieron sobrevivir a la tragedia de aquél 18 de agosto de 1973.