Pega pandemia a comericantes de artículos patrios

Luego de la cancelación de los festejos patrios por la pandemia del Covid-19, los poco más de 30 puestos de banderas y artículos mexicanos que solían colocarse en el Centro Histórico de Irapuato, están teniendo pérdidas de más 80% en su temporada de venta, pues aseguraron que la contingencia está afectando gravemente su economía y ha terminado con su negocio.

Así Lo Dijo...

“Las ventas han estado muy flojas, no se vende y le hacemos la lucha honesta, pues apenas sacamos algo para comer, la pandemia de plano si nos afectó bastante”.

Guillermo Pascual, vendedor de artículos patrios.

Guillermo Pascual es uno de los vendedores de artículos patrios y quien tiene alrededor de 20 años dedicado a su puesto, contó que apenas ha tenido ventas alrededor del 20%, pues señaló que la cancelación de eventos patrios, como el Grito, los ha terminado afectado a él y al resto de las familias que dependen del negocio para salir adelante en su economía.

Como el son alrededor de 30 familias las afectadas al no tener la oportunidad de poner sus puestos en la zona centro.

“Que haya salud es ganancia, está muy difícil la situación económica, porque con estas ventas no saca uno a aveces ni para comer, yo soy una de las personas que tenia un espacio en el centro, pero por la contingencia ya no nos dieron la oportunidad de trabajar (...) ya no vemos esto para negocio, sino para comer por lo menos”.

El comerciante mencionó que al no tener el permiso de ponerse en la zona centro, sale a vender a las orillas de la ciudad, pues aseguró que su puesto dejó de ser un negocio luego de la cancelación de los festejos; sin embargo, apenas tiene ventas, por lo que también decidió no surtir su mercancía y sólo usar la que le sobró del año pasado.

El vendedor aseguró que las ventas han sido muy pocas por la cancelación de los festejos por el coronavirus.

Incluso, las clases a distancia afectaron la venta de estos artículos, pues las familias también les solían comprar porque en las escuelas les pedían adornos patrios, pero en esta ocasión ni siquiera fue así, por lo que el comerciante sigue con la esperanza de que las personas les compren aunque sea una bandera o un pequeño adorno para sus casas y, así, poder mejorar su economía.