Tras una consulta realizada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) en México el 24 % de niños y niñas de ocho años tienen sobrepeso, el 26.1 % de la población de niños de nueve años tienen obesidad, el 19. 6 % de niñas y niños de cinco a 11 años tienen sobrepeso, mientras que la prevalecencia de obesidad es de 18.6 de los estudiantes.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 sobre Covid-19 (Ensaut) dichas cifras muestran una tendencia al alza en comparación con mediciones anteriores y dieron a conocer que es en el centro del país donde se observó la prevalecencia más elevado de problemas como sobrepeso con 26.8 % y obesidad 24 %.
Así mismo se dio a conocer que el 56 % de los estudiantes que participaron en la encuesta consumieron botanas, dulces y postres.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), México se sitúa en los primeros sitios con mayor índice de obesidad infantil a nivel mundial y que una de las principales causas es la carencia de actividad física y consumo en exceso de alimentos procesados con niveles elevados de azúcares, grasas y sal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que el 85% de jóvenes en edad de acudir a la escuela en todo el mundo no cumplen con las recomendaciones mínimas de hacer una hora diaria de actividad física.
Así mismo dio a conocer que la obesidad infantil se asocia directamente con tener mayor posibilidad de padecer obesidad, muerte prematura y discapacidad cuando se llega a la edad adulta, los niños con sobrepeso y obesidad tienen riesgo de sufrir dificultades para respirar y mayor riesgo de fracturas e hipertensión.
Información que fue publicada en la Gaceta UNAM antes de los años 90 del siglo anterior, de cada 100 niños con diabetes, sólo dos correspondían a diabetes tipo 2, no obstante, en la actualidad la problemática es 22 veces mayor.
Datos de un estudio publicados por la revista Physiology & Behavior mostraron que en la niñez aumenta el gusto por los alimentos dulces y se atenúa conforme pasan los años.
Los resultados del análisis exhibieron que los niños de entre 11 y 15 años de edad tenían niveles más elevados de un biomarcador asociado con el crecimiento óseo y de acuerdo a varios especialistas el agrado por los sabores dulces tiene que ver con el rápido desarrollo que suben las necesidades calóricas del organismo infantil.