Raúl Cervantes es un hombre de 84 años de edad, mismo espera poder recibir su vacuna en Irapuato, lugar donde reside temporalmente con su hija.
Y es que Raúl no es ni de aquí ni de allá, al fallecer hace años la que fue su esposa y el amor de su vida, se quedó al cuidado de sus tres hijos, de los cuales cada uno vive en un estado diferente.
Así es la realidad de Raúl, sus hijos para repartirse el tiempo de cuidados y su valiosa compañía, se organizan para cuidarlo cuatro meses cada uno, ahora no sabe dónde podrá recibir el tan esperado biológico.
Por la mañana de este sábado, su hija Leticia, quien cuenta con 63 años de edad, vio en redes sociales la noticia de que había una posibilidad de que ella también pudiera recibir la dosis, así que preparó sus documentos y los de su padre, a quien había registrado la noche anterior en el portal Mi vacuna.
“Si yo me puedo vacunar también, ¡qué mejor!, pero lo que me interesa es que vacunen ya a mi papá”.
Ambos llegaron por la tarde al puesto de vacunación de la Deportiva Norte con Curp y folio en mano, la preocupación estaba en la identificación de Raúl, la cual marca que su domicilio es en Jalisco.
“Si no lo puedo vacunar aquí vamos a tener que buscar en sus otros domicilios que son los de mis hermanos, uno en Colima y otro en Jalisco”.
Mientras esperaban su turno de entrar la Unidad Deportiva, se resguardaron de los sofocantes rayos del sol a la sombra de un árbol en el camellón, aunque Leticia le llevó un banquito para que descansara, Don Raúl, preocupado, intentó cederle el lugar varias veces.
“Yo todavía estoy muy fuerte y aunque sé que él también esta saludable ahorita, pues debe guardar fuerzas”.
Tras dos pre infartos, Raúl logró recuperarse de manera satisfactoria, aunque a causa de la edad su caminar se ha tornado un poco más lento por lo que en medida de lo posible sus hijos tratan de no exponerlo a grandes esfuerzos.
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Desde que comenzó la contingencia por la Covid-19 ha cambiado mucho la vida de la familia Cervantes, quienes ahora deben hacer los traslados de don Raúl con extremas precauciones, mientras que a la vez les ha hecho valorar el doble el tiempo que cada uno pasa con él.
“Lo protegemos mucho, lo trasladamos en un vehículo limpio y nos mantenemos en casa todo el tiempo. Así pensamos mantenernos, tranquilos y precavidos, cuando llegue el tiempo de que regrese con mi hermana se va a ir, pero con los cuidados necesarios hasta que esto pase”.