La Presa del Ave María en Irapuato, está seca, el cuerpo de agua es uno de los captadores olvidados y ni siquiera es monitoreada en cuanto a los niveles, sin embargo campesinos depositaron su confianza en que durante las lluvias de este año, pueda alcanzar un buen nivel y traer mejores condiciones a quienes habitan comunidades cercanas.
Sin embargo se considera que para tener un nivel estable, esta presa requiere de seis a ocho lluvias como la que trajo la tormenta tropical Alberto, esto sin mencionar que también requiere de atenciones como el desazolve para aprovechar mejor el líquido, aseguró Guadalupe Zamora, comisariado ejidal de la comunidad Estancia El Copal, que es de las que utilizan el agua de este sitio.
Así como campesinos de esta zona, la problemática se replica en las distintas presas del estado, pues de acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua, las principales presas del estado se encuentran aún a bajos niveles, la de La Purísima tiene 30.3%, la de Allende 19.4%, Yuriria 0.1% y la de Solís 41%.
La presa del Ave María se encuentra entre las comunidades Santa Rosa Temascatío y Encino del Copal, al norte del territorio irapuatense, durante varias décadas fue lugar de abundancia, pues campesinos acudían con el ganado para que pastaran en los alrededores y los animales tomaran agua, además era también lugar adecuado para la pesca, lugareños capturaban pescados para su consumo o venta.
Habitantes de Encino del Copal son algunos de los que antes acudían a la presa del Ave María, el agua pasaba por la represa que está a espaldas de la comunidad, donde aún están colocadas algunas tablas y apenas se formó poca agua en lo que hace menos de un mes era un cauce totalmente seco.
“Antes pasaba toda el agua por aquí, tenemos marcado y cuando había buena lluvia, el agua llegaba a unos metros de donde están las casas, la gente iba por agua para el ganado, para lavar y hasta para tomar”, comentó José, habitante de una de las comunidades cercanas, quien salió a cortar algunos nopales al cerro y aprovechó para echar un vistazo a lo lejos a la presa.
Y es que actualmente, los habitantes de la zona saben que la presa está vacía, el camino a pie es largo y cuando el calor es más intenso el ganado no resiste a llegar hasta allá.
“A que las llevamos, ahora que haya agua si, pero si no antes de llegar se nos van a morir”.
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Tras las primeras lluvias la presa del ave maría tuvo en la parte más profunda un pequeño “charco”, así lo describieron lugareños, lo que los llena ahora de esperanza es ver como los campos alrededor volvieron a reverdecer, ahora esperan que pronto la lluvia de una nueva vida a las presas, no solo la del Ave María, sino a las de todo el estado.