Huanímaro, Gto.- Un hombre carismático, decente, respetuoso con toda la gente y muy amigable al que se le extrañará como también se le recordará al ya no verle como todos los días siempre presto a brindar su servicio como lustrador de calzado en la zona centro de la ciudad, nos referimos a Felipe Cervantes Razo a quien el destino ya le tenía preparada su partida y fue este jueves cuando trascendió la lamentable noticia de su fallecimiento.
Felipe quien por su oficio, por ese trato amable que siempre fue una característica muy personal y que derramara amistad se convirtió en un personaje muy querido y apreciado por la gente no sólo de esta ciudad si no de otros lugares quienes venían a Huanímaro sólo para dar la boleada a sus zapatos y para ello tenía que con este hombre que para este municipio era parte como icono.
Hoy, habitantes de este municipio, de otras partes como gente que ya lo identificaba en los Estados Unidos lamentan su partida, pero como se citó lo recordarán siempre alegre, como el buen día que a toda gente le daba.
El Sol de Irapuato tuvo la fortuna de conversar con él este pasado siete de enero, nos permitió entrevistarlo accediendo muy amablemente, donde nos relató su vida de cómo inició el oficio de bolero, pero también que desarrollaba la actividad en el campo como agricultor para sacar adelante a su familia, fue una trasmisión en vivo de la que se tuvieron muchos y buenos comentarios.
Hoy también esta casa editora lamenta su partida y con el debido respeto expresamos la sentidas condolencias a la familia.
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El portal donde había sido reubicado por el tema de la pandemia ya tenía algunos días que no se veía a Felipe y la misma gente lo notaba, algunos con los que llegó a platicar lo vieron decaído y él les mencionó que traía un problema de insuficiencia renal, padecimiento del que se estaba tratando, sus familiares para descartar sospecha de la pandemia lo llevaron para que se realizara la prueba, misma que al recibir los resultados de esta fueron negativos, haciendo el mismo Felipe en esa ocasión comentario de que lo traían todo asustado, pero seguro estaba que no tenía el virus, porque no presentaba síntomas de esa enfermedad, sólo tenía malestar en su riñón que era el tratamiento que llevaba el médico, siendo este el padecimiento que no pudo soportar dejando de existir a la edad de 75 años, hoy serpa recordado por siempre.