Ser migrante es hacer frente a un sinfín de peligros, dejar atrás tu hogar, a veces hasta tu familia con la única promesa de volver para sacarlos adelante.
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Varios países de Latinoamérica tienen problemáticas sociales y económicas graves, Venezuela es uno de ellos, donde muchas familias trabajan para recibir apenas unos cuantos dólares que no les permiten ni siquiera comer dignamente, estas familias son las que se arriesgan a salir y atravesar otros países, enfrentarse casi a ciegas a sus problemática esperando poder llegar a los Estados Unidos de América donde buscarán al menos una mejor oportunidad económica.
Este es el caso de Miguel y Wilber Durán dos hombres 30 y 24 años de edad que salieron desde el estado de Miranda en la República Bolivariana de Venezuela y después de un trayecto de meses llegaron a refugiarse en tierras irapuatenses, su destino será cualquier zona de los EUA donde puedan conseguir un empleo.
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Wilber relató que él salió en grupo con su familia, 13 personas entre las que viajan cinco niños, para tratar de ganar algunas monedas se ha dedicado a lo que hacía en su tierra natal, la barbería.
En el camino, se encontró con Miguel, que también trabajaba en este oficio en Venezuela, sin embargo a este se le había perdido su herramienta de trabajo al cruzar por el Darién, así le sucede a muchas personas, que salen con todo lo que tienen de sus países y en el camino algunas cosas se pierden ya sea al tener que correr por caminos peligrosos o al ser víctima de robos.
Miguel salió solo de su hogar, en casa le esperan dos hijas y su esposa a quienes ya extraña y espera poder hacer un poco de dinero para poderlas sacar adelante.
"La situación allí está durísima, estamos por aca resolviendo de una u otra manera".
El encontrar a Wilber fue bueno para Miguel, ahora se han ayudado a mantenerse lo mejor posible, cuando requieren algún corte ellos mismos se los realizan, pero también le hacen corte de cabello a otros migrantes, con eso obtienen algunos pesos para comer o para los pasajes.
"Para nosotros como migrantes todo es más caro, si queremos sacar algún pasaje, nos lo venden hasta en más del doble, tenemos que ver que nos vamos inventando para llegar".
Y si bien, en su camino desde Venezuela han pasado por ríos, selvas y más, a todos los que salen en este largo viaje siempre les advierten de los peligros que existen en los países que atraviesan, la posible discriminacion a la que se tendrán que enfrentar al querer trabajar en caso de que antes de llegar se queden sin dinero y la inseguridad propia de cada territorio la cual están dispuestos a enfrentar para poder ofrecer mejores condiciones de vida a los suyos.
De camino para estas familias podrían restar al menos dos meses más, esto es variable por muchas razones, durante este tiempo muchos deberán sobrevivir con la ayuda que algunas personas les brindan, pero siempre luchando por tener más oportunidades, mismas que en su tierra no les ofrecieron.