Pese al dolor que les causa realizar cada uno de los escalones que conforman el altar con el qué recuerdan a su hijo, María Guadalupe Ortiz, su esposo Gabriel, hijos y ahora también nietos recuerdan al joven Gabriel, quien lamentablemente perdió la vida hace 25 años.
“Hacer esto me pone mal; él falleció en un accidente, entonces me dejó un trauma muy fuerte, apenas iba a cumplir sus 20 años, pero yo duré unos años sin hacerle nada de altar y hasta hace unos 22 o 23 años comencé a realizar este altar.”, dijo doña María con lágrimas en los ojos.
Aunque los años han pasado y el dolor no ha disminuido, para ellos, el realizar esta ofrenda para su hijo, además de ser una forma de recordarlo y sentirlo cerca, es una forma de que aquellos que no lo conocieron en vida lo puedan conocer.
“Al principio sólo yo lo hacía, pero en el transcurso del tiempo sus hermanos ayudaban buscando sus frituras, platillos y cosas qué mi hijo más disfrutaba en vida, y con el paso de los años ahora los hijos de mis hijos, qué no lo conocieron, lo conocen y saben quién es y también ayudan a realizar este altar a mi hijo Gabriel”, expresó Doña María.
Como cada año para este dos de noviembre, día en el que se recuerdan a los fieles difuntos, la familia Ortiz, encabezado por Doña Mary y Don Gabriel realizar este altar en compañía de los suyos, donde con gusto preparan algunos de los platillos que más disfrutaba “Güero”, como los sopes, pambazos, tacos dorados, churros de masa y las naranjas, las cuales adoraba.
Para la familia Ortiz, no es realizar un solamente un altar, es una forma de mantener vivo el recuerdo de un integrante de su familia que desafortunadamente se adelantó en el camino y que las nuevas generaciones en la familia lo conozcan.