Lustra zapatos para ganarse el sustento

Tiene 20 años de bolero

Karla Aguilera | El Sol de Irapuato

  · miércoles 12 de agosto de 2020

Vicente Mesa se coloca en la esquina de la Presidencia Municipal y la calle Ramón Corona. / Fotos: Víctor Cruz | El Sol de Irapuato

Vicente Mesa es un bolero desde hace más de 20 años en Irapuato, quien diario permanece en las mañanas en la esquina de la Presidencia Municipal junto a la banqueta en espera de algún cliente, pues aseguró que desde que inició la contingencia, muy apenas sale trabajo.

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Fotos: Marco Bedolla | El Sol de Irapuato.

Antes de ser bolero, Vicente Mesa se dedicó en su juventud a realizar diferentes trabajos, como de albañilería e incluso a descargar casas de las bodegas; pero desde hace poco más de 20 años decidió dedicarse a lustrar los zapatos de los irapuatenses.

Al no contar en la actualidad con una silla para desempeñar su oficio en el Centro Histórico, don Vicente decidió cargar todos los días con un pequeño cajón donde guarda sus pinturas y herramientas para bolear los zapatos; contó que antes, salía en su bicicleta y visitaba las colonias para ofrecer sus servicios, por lo que tenía más clientes y ganaba más dinero.

  • Desde hace poco más de 20 años se ha dedicado a la boleada en la zona centro

Sin embargo, debido a su edad, ahora le es más cansado recorrer la ciudad, por lo que todas las mañanas se coloca en la esquina de la Presidencia a un costado de la calle Ramón Corona, a la espera de que las personas le soliciten sus servicios.

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Fotos: Víctor Cruz | El Sol de Irapuato

Mencionó que le iba bien y daba frecuentemente varios servicios antes de que llegara la pandemia, pero ahora que la cantidad de personas en las calles sigue reducida, muy apenas le salen entre dos y tres trabajos por día.

“Estoy desde las nueve de la mañana y me quedó hasta en la tarde, me echo unas dos o tres boleadas diarias, ya con eso me sale para las tortillas y la comida del día, aquí estamos esperando a que salga trabajo, así me la voy llevando diario”.

A pesar de que no haya tanto trabajo para don Vicente, él asegura que seguirá acudiendo a la misma esquina del Centro Histórico, a la espera de que las personas le soliciten sus servicios, y con la esperanza de que la situación económica mejore conforme se reactivan las actividades por la contingencia sanitaria.