Es todo un personaje del Centro Histórico de Irapuato. A diario, Jesús Adrián Sánchez, quien a la edad de un año de edad perdió la vista a causa de una hidrocefalia, no baja los brazos y sigue luchando por un mejor futuro para sus dos amores, que son su esposa e hija.
En entrevista para El Sol de Irapuato, Jesús Adrián narró cómo fue que a la edad de año y medio le fue detectado hidrocefalia, enfermedad que hace que el cerebro almacene más líquido dentro de las cavidades profundas del cerebro, ocasionando problemas en el tamaño de los ventrículos, lo que le causó ceguera.
“Me cuentan que me caí varias veces de la cama, pero la gota que derramó el vaso fue un día que mi mamá me estaba bañando y me dejó solito y me caí, pero pues pensaron que no me había pasado nada, hasta que meses después se dieron cuenta que me comenzaba a estampar con la pared y me llevaron al doctor y me detectaron hidrocefalia, lo que hizo que dejara de ver”, contó.
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Pasaron los años y Jesús Adrián nunca se dio por vencido, ni sus dificultades visuales le impidieron salir adelante.
A la vida de Jesús llegó su esposa y años más tarde su hija, por las que a diario sale a trabajar acompañado de una mochila y una hielera en la que carga dulces típicos mexicanos y hielitos de diferentes sabores para salir a ganarse el sustento de su familia.
“Todos los días salgo a trabajar por ellas. Yo tengo que ser el pilar de mi casa y llevar para la comida, por lo que diario me salgo de mi casa con la hielera llena de hielitos riquísimos que prepara mi esposa para salir a buscar el pan”.
Para Jesús, la lucha no es con la discapacidad, sino con las decenas de personas que no tienen empatía por una persona con discapacidad.
“Hay veces que yo ando trabajando y la gente no se fija y me golpea o casi se suben arriba de mi bastón, a veces me parece que los invidentes somos invisibles para la sociedad”.
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Pese a eso, resaltó que hay muchas personas que a diario le compran uno de sus productos o le dan una ayuda monetaria.
Jesús todos los días sale de saca en la colonia Del Bosque y recorre el Centro Histórico de la ciudad de Irapuato hielitos llenos de amor y frescura.