El trabajo que realizan los checadores de las rutas urbanas en la ciudad, esos que gritan el destino de los camiones urbanos, tiene bastante importancia, ya que aunque no se valora mucho, pero son ellos quienes guían a las personas que hacen uso del transporte público para que tomen la ruta correcta y puedan llegar a sus destinos.
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Por ello, a pesar de los años, se ha convertido en una labor que pese a la tecnología continúa existiendo y sigue siendo igual de útil.
David Alvarado es uno de esos checadores y contó que lleva laborando más de 25 años en ello. Comentó que su labor es el indicarle a la gente en qué rutas pueden irse, dependiendo a donde quiere llegar.
“Tengo aproximadamente en este trabajo 25 años y básicamente mi trabajo es orientar a la gente, cuál ruta tomar para que puedan llegar a su destino, gritar cuáles son los puntos de la ciudad por las que pasan, pues hay muchas personas que luego no saben, toman otra ruta, entonces es a eso a lo que me dedico”, relató.
Explicó que si bien no es un trabajo fácil, le ha dado para salir adelante y gracias a ese sueldo pudo pagarle la educación a su único hijo.
“La verdad es que como cualquier trabajo se hace por necesidad, pero no recomiendo este trabajo, es preferible que la gente busque otras opciones en donde no estén expuestos en la intemperie, pero es bien remunerado, por eso mismo he durado tanto tiempo, si no, ya hubiera renunciado, pues me dio para pagarle la educación a mi único hijo y me da para comer diario”, comentó.
Aseguró que no era complicado ser checador o “gritón, como algunos los conocen, porque solo se necesita práctica y actitud de servicio a la ciudadanía.
“Esta labor no es difícil, es más que nada de práctica, ya con el tiempo uno se aprende las rutas, porque en realidad éstas no cambian, a menos de que haya alguna desviación momentánea por alguna obra que se esté realizando, pero sí tiene su chiste saberse los recorridos de las rutas”.
Por su parte, José Mina es otro checador quien lleva trabajando 32 años en el oficio y también compartió que su labor es siempre ayudar a la gente que necesita una guía en las rutas y siempre lo ha hecho con la mejor disposición y carisma.
“Tengo 32 años trabajando aquí, 20 años libres y los demás en cooperativa, Mi trabajo es servirle a la gente y también estar al pendiente de que quienes esperan las rutas no estén en peligro de ser asaltados y soy quien cubre a los que tienen trabajo fijo en una base”, comentó.
Concordó con su compañero en que el trabajo es principalmente tener práctica y buena memoria, para que no se les pase decir todos los destinos y esto se genera al estar tanto tiempo involucrado en ese ambiente.
“Más que nada esto, se basa en la práctica y en la buena memoria para poder decir cada una de las paradas que hacen los transportes, hay que involucrarse en este ambiente, yo empecé vendiendo dulces en los camiones y desde entonces me quedé, es bonito el trabajo cuando se hace con ganas”.