Los Barrios, una festividad que lleva existiendo 143 años

Esta festividad fue iniciada por el padre Juan Nepomuceno García, capellán del santuario de Guadalupe

Fátima Arton | El Sol de Irapuato

  · jueves 30 de noviembre de 2023

Pie de foto: Los Barrios tienen 143 años de existencia en el municipio de Irapuato. / Fotos: Martín Martínez | El Sol de Irapuato

Los Barrios son una tradición del municipio de Irapuato que ha existido desde 1880, cumpliendo ya 143 años. Esta festividad fue iniciada por el padre Juan Nepomuceno García, capellán del santuario de Guadalupe del puente, quien nació en 1817 tuvo la idea de organizar Los Barrios de la Villa de Irapuato para que cada uno de ellos se hiciera cargo de estos festejos para la Virgen de Guadalupe.

Anteriormente, se celebraba un octavario dedicado a la Virgen, el cual iniciaba el día 12 de diciembre organizado por la parroquia y el gremio de sirvientas, continuando con el 13 de diciembre en el barrio de Santiago, el 14 de diciembre en el barrio de San Vicente que en el pasado se conocía como El Pueblito, el 15 de diciembre se realizaba en el barrio de San José, el 16 de diciembre en el barrio de San Miguel, el 17 de diciembre en el barrio del Señor de la Salud, el 18 de diciembre en el barrio de San Cayetano y por último el día 19 de diciembre en el barrio de Santa Ana.

El historiador del Archivo Histórico Municipal de Irapuato, Jorge Luis Conejo realizó una investigación en la que se basó en dos cronistas respecto a esta celebración que, ya es considerada como patrimonio cultural de la ciudad; narró que todo comenzó con la bendición del templo de Guadalupe del Puente y su reconstrucción que fue iniciativa del padre Nepomuceno.

“Los Barrios son un patrimonio cultural de Irapuato y hay que hacer el esfuerzo de reconocerlo y por revalorar, al no encontrar documentos oficiales dedicados solo a esto, nos basamos en cronistas que narraron parte de esta historia en libros, nos basamos en dos, Eduardo M. Vargas y Jesús Félix Magaña, el primero explicó que todo inició con la bendición del Santuario de Guadalupe del Puente el 11 de diciembre de 1877 y fue reconstruido por iniciativa del Don Nepomuceno García quien fue capellán del templo”.


Continuó con el relato de que Don Nepomuceno buscó la aprobación del Obispado del municipio de León para comenzar con el octavario destinado a la Virgen.

“Este padre solicitó autorización al obispado de León para celebrar un octavario para dar mayor lucidez a la fiesta dedicada a la Virgen de Guadalupe, el octavario no se hacía como los novenarios que se celebran hoy en día; con el fin de que todas y todos los habitantes de Irapuato pudieran participar, hizo la propuesta que el vecindario de los barrios, por turnos uno cada día contribuyeran a esta celebración”.

Mencionó que desde que se permitieron estos festejos, cada uno de los barrios de la ciudad comenzaron a reunirse para la organización de estos.

“A partir de que se dio luz verde a este proyecto, se realizaron varias juntas vecinales en cada uno de los barrios para la organización de los festejos y solicitaron que para la celebración los barrios fueran ordenados e iluminados”.

Explicó que los barrios tradicionales siguieron celebrándose en el orden y fechas ya mencionadas durante el siglo XIX y los barrios nuevos comenzaron a celebrarse después de la inundación de 1973.

“Los Barrios Tradicionales se siguieron festejando en los mismos lugares, orden y fechas durante el siglo XIX y los nuevos Barrios comenzaron después de la inundación de 1973, estos iniciaban el 1 de diciembre en la colonia 18 de Agosto y terminaban el 8 de diciembre en la fiesta de la Purísima Concepción en el Templo de Alma Mater”.

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Concluyó contando cómo fue el desenlace de la vida del Padre quien dio vida a los Barrios como hoy los conocemos.
“Murió en 1884 en la pobreza, dejó un testamento donde pedía que sus pocos bienes materiales que eran libros fueran vendidos para poder solventar las deudas que acumuló, manifestó que debía dos meses de renta de una casa a Doña Soledad García de León, agregando que al no tener salario por dedicarse a ser capellán se vio obligado varias veces a tomar dinero de las limosnas esperando que la Virgen de Guadalupe lo perdonara esta acción en virtud de las buenas obras que hizo para mejorar su santuario y por último, la casa donde vivía se la heredó a Juan Rosales y a su familia”.