Enrique Díaz Díaz, obispo de la Diócesis de Irapuato, hizo un llamado para en esta Navidad se busque recordar la esperanza de Cristo, de recobrar el verdadero sentido de esta festividad y no perderse solo en fiestas y excesos.

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“Si como Navidad entendemos pachanga, borracheras, no tiene ningún sentido, pero si como Navidad entendemos a Cristo que está con nosotros, que viene a asumir nuestra miseria, que viene a dar sentido, creo que nos urge más celebrar la Navidad, recobrar el verdadero sentido de la Navidad, este Cristo que camina con nosotros”, refirió.

Señaló que la convivencia es buena, pero que al igual que durante las posadas, que son consideradas el novenario de la preparación de la Navidad, se hacen en un ambiente sincero y familiar, el rezo del rosario y el ambiente festivo para complementar.

Además, hizo un llamado a conservar la esperanza en medio de la oscuridad, pues aunque los problemas no desaparecerán automáticamente, el objetivo es que las personas puedan sentir que Cristo llega a dar sentido al dolor.

“Navidad es recordar que entre el miedo en medio de la violencia, la oscuridad y los problemas tenemos la esperanza de Cristo y no es que se quiten los problemas, sino que viene a dar sentido a nuestro dolor, es diferente enfrentarlo solos que cuando está Cristo que es Dios con nosotros”.

Llaman Obispos a la reflexión para un nuevo rumbo

Por su parte, los obispos de la Conferencia de Episcopado Mexicano brindaron un mensaje de Navidad y fin de año, en el cual recalcaron el llamado a dirigir los pasos de la sociedad hacia metas más justas, solidarias y pacíficas

“México enfrenta enormes desafíos que nos duelen y preocupan: la violencia, la corrupción, las desigualdades, la polarización política, el desempleo, tantas familias que no logran salir adelante.

“Pero no podemos quedarnos en el pesimismo estéril ni en los fatalismos destructivos, como cristianos, estamos llamados a ver más allá, a encender esa luz gentil de la esperanza de la que nos habla el Papa Francisco”.

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Señalaron, además, que buscaran consolidar varias líneas pastorales prioritarias, tales como la consolidación de una cultura de paz, a través de iniciativas concretas, como el Compromiso Nacional por la Paz, el fortalecimiento de procesos sinodales en comunidades y diócesis, la promoción de la cultura vocacional y ministerial, el acompañamiento cercano a las familias y a la vida naciente, la atención humanitaria y espiritual a las personas migrantes y el llamado al discipulado de adolescentes y jóvenes.