León, Gto.- Pertenecer a la curtiduría es razón de orgullo de uno de los oficios más representativos de la ciudad de León. Precisamente de ahí nació el mote “Panzas Verdes” que ha logrado sobrevivir a todo por el paso de los años de quienes han hecho que esta actividad sea tan trascendental al día de hoy, motor de la economía del municipio.
DON ISMAEL
Desde sus inicios la curtiduría ha tenido auge, en 1979 nació Pieles Padilla, en la colonia Valle de León, su fundador Don Ismael Padilla comenzó a curtir con ayuda de un amigo de nombre Chuy Moreno, y después compró la finca donde actualmente se encuentran.
En entrevista con Organización Editorial Mexicana, su hijo Juan Pablo Padilla, compartió porqué decidió seguir con la tradición familiar que desde su inicio le dio trabajo y sustento a su familia.
En sus inicios era raro ver una tenería en una colonia que no fuera el Barrio Arriba, refugio de los curtidores.
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“Los mejores años fueron setentas y ochentas porque estaba cerrado el libre comercio, se consumían todos los forros y pieles, echaban camiones de piel y todo se vendía”, comentó el curtidor.
SIGUE LA TRADICIÓN
La partida de Don Ismael, representó un gran reto para su familia de seguir con el legado, saben que más que un trabajo, se trata de pasión y su sustento económico. Su hijo confiesa que en la tenería está la esencia de su papá.
En la curtiduría nunca acabas de aprender, a diario checas los procesos y vas acumulando experiencias
Como familia decidieron seguir en el mercado y saben que las únicas herramientas que los pueden ayudar son la innovación y buscar nuevos clientes y sobre todo no estancarse.
“Sinceramente al principio no me gustaba, se me hacía un trabajo tedioso, los cueros son muy difíciles, mójalos, sácalos, mételos, poco a poco le fui agarrando cariño y pasión”, comenta quien ahora funge como director general, cargo que tomó después que su padre falleciera.
PANORAMA
Con 43 años en el mercado como empresa ven un panorama complicado, por la competencia desleal del calzado chino más que nada. El sintético es su peor enemigo y dice que la gente no lo ve, se va por lo más barato pero que no les va a durar. Siente que un gremio es competitivo que sufren de algunas injusticias, sobre la competencia cree que es sana y sirve para mejorar en todos los aspectos.
SIN CONTAMINAR
La Industria de la curtiduría es una de las más contaminantes por la cantidad de aguas servidas y de desechos que genera, otro punto a favor que tiene esta tenería es que contaminan lo mínimo, por estar ubicados dentro de la marcha urbana solo realizan engrase y acabado; los procesos de pelambre y el curtido se hace en otra parte para no dañar a los colonos.
EL COVID LOS PARÓ
Como en todas las empresas hay un antes y un después del Covid-19, a ellos los obligó a para 6 meses, no pudieron sostener la situación y despidieron a gente.
Pero asegura que a partir de la pandemia, hubo un repunte en sus ventas: “A los que se enfocan al zapato escolar les fue mal, nosotros nos enfocamos a la bota vaquera y nos ha ido bien en la recuperación”.
SU PRESENTE
De Pieles Padilla, se sostienen 8 familias, de los cuales, 4 son familiares que realizan diferentes puestos en la empresa. Fabrican 500 mil decímetros mensuales, sus clientes principales son fabricantes de bota vaquera y algunas picas.
ORGULLO PANZA VERDE
“Me siento orgulloso de pertenecer a este ramo, por la historia que tiene en la ciudad, totalmente curtidora y zapatera, soy feliz”.
De si la siguiente generación seguirá con el negocio de la curtiduría, expresó que depende de lo que quieran sus sobrinos y sobrinas en su caso se lo va a inculcar a su hija y si le gusta el negocio adelante.
“Para mí la curtiduría es pasión. Quiero agradecer a todas las personas que nos han apoyado, a mi cuñado, a mi esposa que me impulsó para tecnificarse en cuanto al ámbito fiscal, es un orgullo ser curtidor”.
EL DATO
- En 1900 funcionaban unas 30 curtidurías, todas ellas trabajando artesanalmente, como empresas familiares y con poca producción.