Araceli Hernández Rocha lleva 28 años danzando en honor a la Virgen de Guadalupe y para ella, este acto de fe tiene un significado profundo.
Dijo con emoción que “Yo me preparo con el corazón, con la fe que tengo en la Virgen de Guadalupe, ella ha obrado muchos milagros en mi vida y mientras ella me dé licencia, he prometido continuar danzando cada año para honrarla”.
Sobre la festividad del 12 de diciembre, “No tengo palabras para describir lo que siento es una emoción inmensa, un agradecimiento que nace desde lo más profundo de mi corazón, todo lo que hago, lo hago con amor para ella”.
Cuando se le pregunta si su sentir ha cambiado a lo largo de estos años, Araceli responde entre risas: “Al contrario, cada año aumenta mi emoción y entusiasmo, es como si los cascabeles se movieran solos cuando se acerca el día, siempre pienso: 'Es momento de empezar de nuevo este homenaje, esta honra y devoción a nuestra Virgen de Guadalupe".
Araceli describe con orgullo cómo se preparó esta peregrinación que para ella es el momento más especial, me coloco los atuendos guadalupanos es algo muy bonito, pero no puedo expresar completamente lo que siento, porque es un sentimiento profundo hacia la Morenita del Tepeyac.
En cuanto a su vestimenta, cuenta que ella misma bordó su traje, un proceso que le llevó mes y medio, dijo que cuando lo terminé, vi el resultado y sentí una gran emoción porque dije ahora voy a portarlo con orgullo, además, dijo que “El sonido de las castañuelas y el penacho tiene algo especial, es un sentimiento único que llena mi corazón”.
Finalmente, al momento de danzar en peregrinación, Araceli concentra su pensamiento únicamente en la Virgen, “Dejo que la danza fluya como un agradecimiento hacia la Guadalupana, y al llegar al templo, siempre le doy las gracias por permitirme cumplir esta manda, que llevo honrando con devoción durante 28 años”.