GUANAJUATO, Gto. (OEM-Informex).- La primera veta plateada en territorio guanajuatense se registró el 11 de junio de 1548, manifestó el cronista de la capital del estado, Eduardo Vidaurri Aréchiga, aunque dijo que, en las efemérides del presbítero Lucio Marmolejo hay varias versiones.
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Precisamente, sobre el descubrimiento de las primeras minas existen múltiples versiones, “una nos dice que es posible que alguno de los primeros estancieros pudo haber obligado a los naturales a revelar la ubicación de los yacimientos”, comentó.
Agregó que una versión más señala que el descubrimiento fue un acto circunstancial que ha sido descrito, de manera magistral, por el presbítero Lucio Marmolejo en sus “Efemérides guanajuatenses o datos para formar la historia de la ciudad de Guanajuato”.
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De acuerdo a dicha efemérides, corría el año 1548, cuando caminaban unos arrieros de México para las minas de Zacatecas, que muy poco tiempo antes habían sido descubiertas y comenzadas a trabajar; los muleros hicieron alto, no lejos del cerro del Cubilete, en un lugar comprendido hoy en las pertenencias de la mina de la Luz, con objeto de tomar allí descanso y alimento.
El cronista narró que ahí encendieron fuego los arrieros, y en derredor pusieron algunas piedras para colocar encima los comestibles que se proponían preparar, encontrando al tomarlas que contenían una no despreciable ley de plata. Sorprendidos con tal acontecimiento, cavaron un poco el terreno donde estaban las piedras, y hallaron que por allí pasaba una veta que prometía los más pingües productos a los que se dedicaran a su laborío.
Veta de San Bernabé
Participaron su descubrimiento a unos españoles aventureros que deseaban trabajar minas; y, unos y otros de acuerdo, pusieron a la veta el nombre de S. Bernabé, y la denunciaron en Yuririapúndaro, que era el pueblo más cercano donde había oficio público y registro de minas e hipotecas”.
Vidaurri Aréchiga dijo que es muy probable que ese mismo año cuando se descubrió la primera veta de plata en los contornos de la aldea tarasca de Quanaxhuato, se hallan construido algunas pequeñas casas para albergue de quienes se dedicaban a la exploración de los criaderos argentíferos. La fama de sus riquezas y las continuas especulaciones, que con tan buen éxito se hicieron en aquella remota época, contribuyeron sobremanera al fomento de la minería en esta parte de nuestro suelo.
Luego del descubrimiento de las minas de Guanajuato siguieron los de otros importantes yacimientos: Mazapil, Charcas, Durango, Santa Bárbara, Parral, Álamos y otros que, en muchos casos, como el nuestro, propiciaron la fundación de nuevas poblaciones, aseveró el Cronista de Guanajuato.
La primera veta en 1548
De acuerdo con lo que refirió el ingeniero Francisco Antúnez Echegaray, el casual descubrimiento de la primera veta argentífera en territorio guanajuatense ocurrió el 11 de junio de 1548.
Los descubrimientos motivaron la codicia, ese afán excesivo de poseer riquezas que provocó el arribo de cientos de aventureros que peinaron la sierra y todas las montañas buscando riqueza. La fiebre de la plata nos había alcanzado, señaló Eduardo Vidaurri.
Con ellos llegaron también los traficantes de indios tarascos, otomíes, mexicanos, tlaxcaltecas, mazahuas y de negros para destinarlos a las labores más pesadas y con tratos crueles y despiadados. La ambición, el espíritu aventurero y el trabajo, sobre todo el trabajo, fueron los cimientos de la grandeza de nuestro Guanajuato.