Jorge Barrientos Sánchez es un irapuatense que lleva más de 50 años en el negocio de venta de patos y pollos en el Mercado Municipal Hidalgo.
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En entrevista, contó que desde que tenía seis años acompañaba a su papá a recoger a las aves y a venderlas en su puesto semifijo, que con el tiempo se convirtió en un negocio familiar, al ser heredado por su padre al fallecer.
“El negocio está desde 1970, venía desde los seis años a hacerle compañía a mi papá, quien fue el que inició este comercio; nos íbamos juntos a recoger a los pollos y patos a la granja para la que trabajábamos y después nos veníamos a vender desde temprano; no fue hasta que él murió que me dediqué de lleno a este comercio y actualmente ya son 53 años de trayectoria”, narró.
Explicó que para poder vender a estos animales se deben cumplir varios requisitos, viendo por la salud de la misma ave y de quienes las compran.
“Para poder tener un negocio así hay que cumplir con lineamientos específicos, como el inyectarlos, ponerles gotas en los ojos y en su agua agregarles múltiples vitaminas, en la granja no sé bien qué tratamiento les pongan, pero es para evitar que se les genere corucos, una especie de ácaro que se considera un parásito; si se cuidan bien ambas especies, pueden vivir hasta los cuatro años”.
Comentó que la venta de estas aves no es tan sencilla, debido a que puede pasar un mes entero para que se vendan todos los ejemplares y esto depende mucho de la temporada.
“Este negocio tiene rachas buenas, pero también rachas muy malas, en invierno los patos no se venden tanto, porque por el frío pueden morir más fácil de lo normal, la temporada más alta es cuando hace calor”, dijo.
Jorge Barrientos mencionó que en el caso de los pollos, quienes le compran más son las personas que viven en las comunidades, llevándolos para la producción de huevos o también para alimentarse de ellos, además de que los niños son quienes los buscan como una mascota.
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“Vendo pollo macho y hembra, las hembras tienen dos utilidades, poner huevos o servir como carne, quienes más me compran los pollos son la gente que vive en comunidades del mismo municipio que están muy alejadas de la ciudad y los patitos son comprados para que hagan compañía, muchas niñas y niños les gustan mucho pero, ha habido veces que crecen tanto que la gente me los quiere regresar y les digo que mejor los den al Zoológico municipal, casi todos los que hay ahí en el lago vienen de este puesto”, indicó.