Tras ser crucificado, Jesús de Nazareth miró al cielo y mientras tenía los brazos extendidos, exclamó el último aliento que le quedaba: “perdónalos, padre, no saben lo que hacen”, dijo, en referencia a quienes lo azotaron y humillaron durante el Calvario, hasta su muerte.
Este viernes, fue realizado el Viacrucis Viviente para hacer remembranza de la Pasión de Cristo antes de su muerte, a cargo de la hermandad de la Divina Providencia.
Este año, el Viacrusis en Irapuato cumplió 65 años de representar la vida, pasión y muerte de Jesús de Nazareth, el cual es, sin duda, uno de los más fieles en el que miles de irapuatenses se dan cita para revivir este hecho.
En esta ocasión Jesús de Nazareth, interpretado por primera vez por Jorge Castro, se encargó de interpretar la vida, pasión y muerte de Jesús, quien fue enjuiciado tras decenas de judíos que gritaban: “¡Crucifíquenlo!”
Poncio Pilato se lavó las manos e incluso perdonó a Barrabás, pero no a Jesús de Nazareth , aun sabiendo que él era el Hijo de Dios, por lo cual, tras la petición de los judíos, se tomó la decisión de que la crucifixión era la pena que tenía que pagar.
Jesús tuvo que cargar con su cruz hasta el Monte Calvario, que en Irapuato representó 5 kilómetros por las avenidas Díaz Ordaz, Torres Landa, Guerrero, Revolución y Álvaro Obregón, hasta concluir nuevamente en el Templo de la Divina Providencia.
Durante su recorrido al Monte Gólgota, Jesús tuvo tres caídas. Su madre María, interpretada por Susana Santoyo, acompañada de Verónica, quien le limpió el rostro llenó de sangre por las heridas causadas de los duros golpes que había recibido, así como las piadosas, intentaron ayudar al Hijo de Dios, pero los soldados romanos les impidieron.
Cuando Jesús estaba a punto de desvanecerse, los soldados permitieron que sólo fuera Simón Cirineo el que lo ayude a cargar la pesada cruz, acompañado de su hijo y a paso lento, ayudó a Jesús hasta donde se lo permitiese su fuerza y los mismos romanos.
Durante más de una hora que duró el recorrido de la representación de nuestro señor Jesús, había un sinfín de feligreses que lloraban y que incluso clamaban que le dejaran de pegar, por la tan buena interpretación de los integrantes, los cuales dejaron a un lado el papel de actores, para sentir en realidad, la vida, pasión y muerte de Jesús de Nazareth.
En punto de las tres de la tarde, el momento había llegado y Jesús de Nazareth fue clavado en la cruz sin piedad por parte de los romanos y segundos antes de morir, pidió a su padre que perdonara los pecados cometidos por los hombres y con ello, salvar a vivos y muertos hasta hoy en día.