Ha dedicado 61 años de su vida a la venta de El Sol de Irapuato, Javier Guerra Carrillo, un oficio que comenzó en 1963 cuando el periódico todavía se llamaba Noticias, luego pasó a ser El Sol de Irapuato y desde entonces lo he vendido con orgullo, compartió Javier.
Javier recuerda con una sonrisa a la gente amable de antaño que nunca le fallaba al comprar su periódico. “La máxima satisfacción que tengo es haber conocido a tantas personas buenas y trabajadoras que siempre venían a comprarme el periódico, ese trato cercano era siempre muy especial”, comenta.
Aunque empezó por necesidad, el trabajo pronto se convirtió en algo más, dijo que: “Yo empecé a vender el periódico porque necesitaba llevar comida a la casa, pero con el tiempo este oficio se convirtió en algo que valoro profundamente, mi relación con la empresa siempre ha sido muy buena y estoy agradecido por todos estos años”.
Entre las noticias que marcaron su carrera como voceador, Javier recuerda la gran venta que generó el caso de “Las Poquianchis”. Esta fue una noticia que causó mucho revuelo en su momento. “Yo apenas estaba empezando y al principio no querían dejarme vender porque no tenía dinero para pagar los periódicos por adelantado y recuerdo que Lupe Argüello, quien era el distribuidor, en ese tiempo me dio la oportunidad gracias a una señora que también vendía, a pesar de que no me conocía bien, intercedió por mí, y así logré empezar”.
Otro día memorable fue cuando se reportó el asesinato de tres policías, un federal de caminos y dos municipales en el puente de Las Carmelitas.
“Esa nota me permitió vender más de mil 500 ejemplares en un solo día y en poco tiempo se terminó, fue algo impactante”, recuerda.
Su trabajo como voceador también le permitió conocer al amor de su vida, gracias a este oficio conocí a mi esposa, no porque ella vendiera periódicos, sino porque trabajaba en un negocio donde yo entregaba el periódico, relató con nostalgia.
Javier Guerra agregó que su jornada comenzaba todos los días a las cinco de la mañana y terminaba a las cinco de la tarde, sin embargo, con el tiempo, su salud se ha deteriorado. “Ya no puedo caminar como antes; las rodillas me duelen y tuve que dejar la bicicleta y el triciclo”, compartió.
A pesar de las dificultades, recuerda con gratitud el apoyo que siempre recibió, en El Sol de Irapuato la gente siempre me ha trató bien, nunca tuve problemas con nadie, los directores como Alfonso Chico Patiño, Sebastián Martínez, Eugenio Albo Moreno y Alejandro Herrera siempre me estimaron mucho como voceador, destacó.
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Tras más de seis décadas, el voceador reconoce los cambios que ha traído la era digital, pero asegura que el periódico impreso sigue teniendo un lugar especial, aunque ahora el periódico es más pequeño y la tecnología ha cambiado todo, la gente todavía busca y algunos aún prefieren el papel como las personas adultas, porque El Sol de Irapuato sigue siendo líder en la región, y eso me llena de orgullo, concluye.