León, Gto.- La robótica sumo es una disciplina educativa y de competencia, donde se pueden aprender y aplicar conceptos de mecánica, electrónica y programación. Universitarios muestran su talento en la Hannover Messe con máquinas que llegan a costar hasta 5 mil pesos pero sus funciones los hacen grandes competidores.
Hugo de Jesus Rodriguez Ceballos, estudiante del Instituto Politécnico Nacional, quien pertenece a la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) mostró las habilidades de los robots ganadores en diferentes competencias de las categorías de mini sumo, minisumo, nanosumo, humanoides y combate.
El presidente de estudiantes de robótica indicó que la asociación nació en el 2014 con compañeros que hacen mini sumos y se fueron a competir a San Francisco, California, y ganaron el primero y segundo lugar, desde ahí se sumaron más alumnos, actualmente son más de 70 estudiantes que buscan color su robots en la mira del mundo.
“Competimos a nivel nacional siendo campeones al igual que nivel intencional en diferentes categorías por ejemplo el sumo, simulando el deporte japonés, combate con boxeo y humanoides tratan de simular el movimiento de una persona, esos son nuestros robots”, manifestó.
Hugo Rodríguez dijo que el objetivo de los sumo es, una vez puestos en el dojo negro es derrotar a su contricante, estos son controlados automáticamente, autonoma o radio control donde tiene un piloto.
Los robots se ponen uno frente al otro tal cual el deporte, estos deben cumplir ciertas reglas, como el tamaño y peso máximo permitido.
En cuanto a características, deben medir 10 por 20 centímetros y no pesar más de 500 gramos, cada robot tiene un desarrollo de más de seis meses, se ha llegado hasta tres años en su perfeccionamiento y cada robot anda en un precio de 5 mil pesos.
Robot humanoide
Los robots humanoides simulan los movimientos de una persona, estudiantes de UPIITA han competido en Rumania quedando en tercer lugar.
El androide puede caminar, subir escaleras, liberar obstáculos, saludar, bailar y reconocer objetos de un determinado color.
Su armazón es de plástico tiene chapa doblada para sujetar los motores que es lo que le da locomoción a todo el robot, cuenta con una cámara como único sensor de retroalimentación y pesa alrededor de un 1 kilo 200 gramos.
Finalmente, se programa ya que es un kit y lleva básicamente un año una rutina.