GUANAJUATO, Gto.- La capital del estado declarada por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad ha sido objeto de constantes ataques al patrimonio histórico, ello bajo la anuencia de los gobiernos municipales en turno quienes han otorgado permisos de edificaciones que dañan la visual de la ciudad.
Y es que el cuidado y protección de la ciudad para los encargados de preservar su valía histórica parece no importarles, pues con el paso de las administraciones municipales se han otorgado permisos de remodelación que se su mayoría se trata de lugares cuyo fin es el convertirlo en hotel boutique o la proyección de fraccionamientos dirigido para un sector con un nivel adquisitivo alto.
Ha sido la actividad turística de la ciudad que ha provocado que cada vez sean más los empresarios que obtén por convertir las antiguas casonas en lujosos hoteles, pues su fin es altamente redituable.
Prueba de ello es el atentado que han sufrido inmuebles catalogados y sitios históricos de la capital del estado, acciones que han sido justificadas tanto por la dirección de Desarrollo Urbano como por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Y es que incluso especialistas consideran que los antiguos inmuebles que se interviene, estos no deben de modificarse ni en su interior, así como exteriores, ya que el conservar la fachada no garantiza que el inmueble no se haya destrozado.
El INAH con su actual titular, David Jiménez Guillen se ha convertido en un funcionario de despacho, ya que ha tenido que ser a través de los medios de comunicación que se procede a una actuación, en caso contrario la actitud que asumió es pasiva.
Uno de los casos a mencionar es el inmueble ubicado en Plaza de la Paz y propiedad del senador con licencia del PRI Gerardo Sánchez García, inmueble que se remodeló para convertirlo en hotel boutique y que también correspondieron a acciones con la venia del INAH.
Caso similar el que tuvo el edificio de Plaza de la Paz número ocho, en donde nació el historiador Lucas Alamán se remodelo, para que funcione como restaurante bar, se denomina Bar Cenas.
Uno más es la ampliación del hotel Casa Colorada ubicada en el cerro de San Miguel, cuya obra luego de acreditarse su afectación a la visual fue cancelada, trabajos que corrieron del entonces delegado del centro INAH en Guanajuato, Sergio Tovar Alvarado y quien fue uno de los funcionarios federales cuyo trabajo destacó, pues entre sus aciertos correspondieron la regulación e sillas y mesas al exterior de los restaurantes.
Además de la preservación e impacto visual que las edificaciones causaron, y que terminó con la clausura de las mismas y que aún son asuntos que se llevan en los juzgados.
Por su parte en la actual Dirección de Desarrollo Urbano Municipal a cargo de Carlos Morril, ha sido omisa en la conservación del patrimonio de la ciudad ya que ha otorgado una serie de permisos, como la construcción de un Hotel Boutique en la Plaza del Ropero donde se derribó un muro que era parte de la Subterránea.
Y es que, desde su llegada a la dirección en mayo de 2016 supliendo a René Martínez Ríos, Carlos Morril se ha convertido en el que parece ser el principal protegido del alcalde capitalino, Edgar Castro Cerrillo, pese a varios señalamientos sobre su pobre desempeño en el puesto incluso por integrantes de la misma administración como síndicos y regidores.
Es de recordar que además de la construcción que se mencionó al inicio y donde se afectó el muro de la calle Subterránea la cual es considerada Patrimonio de la Humanidad, Desarrollo Urbano emitió un permiso para la remodelación de la panadería “La Purísima” ubicada en la Avenida Juárez donde se realizó un orificio en el suelo que también dañó parte del emblemático lugar.
Además de lo anterior, debajo de la Plazuela de los Ángeles, se abrió sin permiso por parte de los dueños de un bar, una puerta que dañó el muro y para lo cual se abrió una investigación y pese a que se conoce que hubo una sanción económica, la ley establece que el lugar debió quedar como estaba originalmente, pero la puerta sigue.
Otro de los temas por lo que se ha criticado Morril Yllades, fue la colocación de antenas de telefonía en diferentes puntos de la ciudad de las cuales no todas tenían el permiso requerido como en la colonia Tepetapa y la Atalaya de la Presa de a Olla y fue seriamente señalado por los miembros de la Comisión de Desarrollo Urbano por no hacer cumplir el reglamento de manera adecuada y no realizar las sanciones correspondientes.
Recientemente en Dos Rios lo que anteriormente fue la Hacienda de Metales de Escalera en Guanajuato capital ha sido objeto de invasiones por parte de comerciantes de la zona de San Javier, pues de manera arbitraría dispusieron un espacio de bodega.
Y es que el lugar que formaba parte de la vía publica en un periodo de dos semanas se convirtió en una bodega en donde incluso ya fue cercado y a su alrededor se construyó una barda de 1 metro de altura.
A lo anterior también se le suma la demolición de la torre de vigilancia en Marfil y donde se encuentra el ex cuartel de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado (FSPE) considerado un inmueble catalogado que a la postre serían las instalaciones del entonces Instituto Federal Electoral ya no se encuentra.
El edificio fue fundado en los años 1800 aproximadamente y según se cuenta, servía como un lugar de vigilancia para evitar que se robara mineral ya que se encuentra en el antiguo camino a Marfil que era una de las principales entradas y salidas de la ciudad.
En este último punto, y de las cuales están canceladas por el INAH, se ubica también la obra de edificación sobre el camino Antiguo a Marfil, espacio en el cual se pretendía construir un puente que permitirá conectar con la calle Mineral de Valenciana.
Y es que corresponde a una obra irregular, además de que ha causado daños al muro de contención que delimita el cauce del Río Guanajuato y del Camino Antiguo; construcción que data del 1700 y que corresponde al Camino Real de Tierra Adentro y da continuación con el Tecolote, sitio por donde ingreso el Cura Hidalgo en 1810.
