La comunidad católica en la ciudad de Irapuato comparte una fuerte devoción por San Judas Tadeo, cuya celebración se da cada 28 de octubre.
Aunque con el paso de los años no todas las celebraciones pueden seguir siendo llevadas a cabo, eso no quiere decir que la fe no prevalezca en los corazones de los irapuatenses.
Colonias populares tienen plasmada en sus muros la fe que jóvenes y adultos conservan. En zonas como Insurgentes, Bajada de San Martín, Nuevo México, 12 de Diciembre entre otras hay murales que han permanecido durante varios años.
Tal es el caso de uno que se encuentra desde hace aproximadamente 10 años en la calle Vergel, la colonia Bajada de San Martín, la cual tiene muchos devotos al santo de las causas difíciles y aunque muchos de los que participaban en la realización de la comida y la banda ya dejaron este plano terrenal, la fe se quedó en sus sobrinos, nietos e hijos.
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Ana Alejandra Martínez, vecina de la colonia Bajada de San Martín, comentó que su madre que falleció hace años, junto con un tío iniciaron a hacer la fiesta en el mural de la calle Vergel, donde mucha gente acudía a llevar flores, veladoras y hasta cooperación para la fiesta, la devoción acompaña a las familias de la zona que ante distintas dificultades han podido salir adelante.
“Aunque por varios motivos ya no podemos hacer la fiesta como antes, cada año le damos su arregladita a la pintura, siempre lo mantenemos limpio para que puedan venir a rezar y dejen sus velas y flores”, dijo.
Y este año no fue la excepción, pues desde un día antes de la celebración, se llevaron una repisa de madera que colocan en el mural, el carpintero de la calle se encargaría de dejarla en óptimas condiciones. La familia Martínez se encargó de quitar las hierbas secas y tierra en la banqueta pues aunque ya no se hará la celebración como en años anteriores, esperan que mucha gente pueda acudir a hacer una oración.
El mural se roba las miradas y merece el respeto de una gran cantidad de personas que caminan por la calle Vergel, ciclistas pasan y se quitan la gorra o el sombrero para “hacerse la cruz” al pasar, pues el mural se ha convertido en un sitio ya conocido por los lugareños.
“Siempre preguntan, dónde está tal cosa y contestan ahí enfrente o a dos casas de San Judas Tadeo, toda la gente sabe que aquí está y lo conoce, hasta lo toma de referencia”, señaló Ana.
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Otros murales son retocados por artistas urbanos, los vecinos muchas veces no se dan cuenta ni cuando, pero justo antes de la fiesta, estos ya fueron repintados y lucen como nuevos para que todos puedan admirarlos.