Miles de irapuatenses celebraron juntos el Domingo de Ramos con sus ramos de palma, manzanilla y laurel, un día importante para su fe católica ya que se festeja la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén rodeado de una multitud que lo reconocía como el mesías, además de que representa el inicio de la Semana Santa.

En la Catedral, el Obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, ofició una misa, en la cual se leyó el Evangelio de la muerte de Cristo, recordando cuánto fue su sufrimiento y sacrificio desde que fue traicionado, negado y entregado a sus verdugos; añadió que aunque los humanos le dieron la espalda a Jesús, él continúa protegiéndolos, es por ello que hizo la invitación de que durante la Semana Santa busquen el remendar los pecados cometidos buscando un cambio positivo.

“Cristo, a pesar de que nosotros lo traicionamos, sigue entregando su vida por nosotros, es tiempo de reflexión y de acercarse a Dios, me da gusto que muchas personas se están acercando, pero se debe buscar un cambio, una transformación, que esta semana nos dejemos impactar con el encuentro con Jesús”.

El sacerdote Roque Aguilar, quien presta sus servicios en el Templo del Sagrado Corazón de Jesús en el municipio de Irapuato, explicó el significado de esta tradición y su relevancia.

“Es el recordar este momento tan singular de que Jesucristo entrega su vida por la humanidad con el tinte de que las personas reconocen su grandeza y salen de todos lados para recibirlo y en esta humildad de que no llega con un ejército sino con cariño para tocar los corazones, porque el mundo necesita más amor que violencia.

“La fe católica recuerda que este momento es tan significativo ya que gracias a esto estamos aquí, celebrando la vida; estamos caminando, buscando la paz y la armonía, sobre todo pidiendo por aquellas personas que siguen buscando sentido y la felicidad”.